El País, Madrid, 11.04.85
‘CUMBRE’ SOCIALISTA EN MADRID
El pleno empleo en la Comunidad Económica Europea es el
objetivo con prioridad absoluta de la Unión de Partidos Socialistas Europeos,
según se afirma en la resolución aprobada en el congreso clausurado ayer en
Madrid. En este sentido, se plantea como el reto máximo para Europa la
modernización y transformación del aparato de producción. Este esfuerzo debe
hacerse en el marco de una dimensión europea, dada la imposibilidad de que los
países miembros lo realicen con éxito de forma individual. Esta reestructuración
de la industria y la agricultura europeas debe hacerse preservando el sistema
de seguridad social.
La resolución recoge cinco recomendaciones para el
desarrollo económico europeo, que son: la supresión de las fronteras internas
antes de 1992, una reestructuración para afrontar la competencia internacional,
un relanzamiento selectivo de la economía, programas comunes en la
investigación y la industria y la redistribución del trabajo con la
implantación de la semana laboral de 35 horas.
La resolución acusa de "irresponsabilidad" la
política monetaria norteamericana y estima necesario un reforzamiento del sistema
monetario europeo frente al dólar.
Para una ampliación de los derechos de los ciudadanos en la
CEE, los socialistas piden derecho de residencia sin restricción en los Estados
miembros, simplificación de los controles fronterizos, derecho a voto en elecciones
municipales para todos los residentes y medidas contra el resurgir del
fascismo, el racismo y la discriminación de emigrantes y minorías.
Divergencias
Los apartados de la resolución que tratan sobre la reforma
de las instituciones no fueron aceptados por el Partido Socialdemócrata de
Dinamarca y el Partido Laborista del Reino Unido, lo que motivó su abstención
en la votación global sobre la resolución.
En el apartado sobre las relaciones internacionales y la
seguridad europea, los socialistas defienden una concepción de las relaciones
Este-Oeste que tienda a "superar la división de los pueblos europeos".
Europa debe afirmar sus intereses específicos con una posición más autónoma
frente a las superpotencias. Para ello piden un papel activo de Europa en las
negociaciones sobre armamento.
La iniciativa de defensa estratégíca (SDI), propugnada por
el presidente norteamericano, Ronald Reagan, y conocida como la guerra de
las galaxias, fue, según reconoció el presidente de la Unión, Joop den
Uyl, una cuestión muy discutida en la que hubo serias diferencias. Mientras el
belga Karel van Miert propugnó en la votación una postura radical contra el
programa norteamericano, el Partido Socialista Francés expresó reservas hacia
el párrafo de la resolución que tacha a la SDI de
"desestabilizadora".
La Unión acordó tratar próximamente esta cuestión. Los
socialistas hicieron un llamamiento a la paz en Centroamérica y expresaron su
apoyo a la iniciativa de Contadora.
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