El País, Zagreb,
06.06.05
Líderes de todas las repúblicas ex yugoslavas hicieron
anteayer en Zagreb un encendido llamamiento a la Unión Europea a no olvidarse
en su actual crisis, de la prometida ampliación hacia los Balcanes ya que de
ésta depende la estabilidad de toda la región. Tanto el anfitrión, el
presidente de Croacia, Stipe Mesic, y su primer ministro Ivo Sanader, como el
primer ministro de Montenegro, Milo Djukanovic; el primer ministro de Eslovenia
-único país ya miembro de la UE-, Janez Jansa; el primer ministro de Kosovo,
Bajram Kosumi; el ministro de Exteriores de Bosnia Herzegovina, el serbio
Mladen Ivanic y la viceprimera ministra de Macedonia, Radmila Sekerinska,
advirtieron de que la ruptura de las promesas hechas por Bruselas o una nueva
dilación en los procesos de acercamiento e integración de esta región en la UE
pondrían en peligro la cooperación interregional, frenarían las inversiones y
generarían inmensas frustraciones que podrían aprovechar los nacionalistas de
todos sus países para retomar la senda de la violencia.
El presidente croata Mesic dijo que quienes se oponen o
torpedean el acercamiento a la UE en los Balcanes son aquellos que quieren
preservar sus privilegios y creen más en la violencia que en la ley y aseguró
que el precio por no entrar sería muy superior al del ingreso. También advirtió
a los ciudadanos de la UE de que si tienen miedo a la ampliación a los Balcanes
deberían tener más miedo a que no se produjera.
Patio trasero conflictivo
En el Palacio de la Casa de la Nación se reunieron, entre
fuertes medidas de seguridad, unos 80 líderes políticos y empresarios para
estudiar las relaciones con la UE tras el rechazo del Tratado Constitucional
por parte de Francia y Holanda. Muchos de ellos enemigos acérrimos entre sí
hace apenas una década, durante dos días de diálogo han coincidido ante todo en
el miedo a que Europa, dadas sus dificultades internas, se olvide una vez más
de su conflictivo patio trasero suroriental hasta que vuelva a ser demasiado
tarde. Destacaron que el objetivo de entrar en la UE es el motor principal para
las reformas que se realizan a ritmo muy desigual en la región pero también la
base para una estabilidad que en algunos países es más frágil de lo que muchos
piensan. De darles la espalda la UE, todos los Gobiernos moderados de la región
tendrían serias dificultades para combatir a los radicales que se beneficiarían
rápidamente de la resignación y falta de perspectivas.
Convocados por el Gobierno croata y la Fundación
Bertelsmann, los líderes balcánicos recordaron que, pese a los considerables
avances en la cooperación económica y política, las tensiones étnicas siguen
siendo un severo obstáculo para la cooperación en la región y tienen un inmenso
potencial de conflicto que Europa occidental tiende a olvidar. Una de las
tareas clave y urgentes para reducirlo es solucionar el conflicto sobre el
estatuto final de Kosovo.
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