El País Miércoles,
13.09.06
NECROLÓGICA
Muere a los 79 años Joachim Fest, el gran analista alemán de
la miseria del nazismo
Joachim Fest, el historiador y publicista que se aventuró a
territorio ignoto al osar escribir una biografía de Adolfo Hitler en 1973 que
supuso el hito rotundo en la historiografía alemana de la posguerra, murió el
lunes en su casa en Kronberg, en el estado de Hesse. Ha muerto tan sólo semanas
después de anunciarse la publicación de unas memorias, profundamente atípicas
para un alemán de su época, en radical contraste con otras, porque con el
título de Yo no, hacen un relato conmovedor de la resistencia al
nazismo de su familia, no desde posiciones ideológicas sino desde la profunda convicción
cristiana y ciudadana de su padre, que asumió la pérdida de privilegios y una
intensa precariedad por resistirse -y obligar a su mujer y a sus hijos a otro
tanto- a las presiones de unirse al partido nazi y a las estructuras del
régimen.
En estas memorias, que saldrán en pocas semanas en Alemania,
Fest revela cómo era posible desde la humildad, la firmeza de principios, la
cohesión familiar, y en el caso de su familia de la fe religiosa y la dignidad
emanente, hacer frente al agobiante acoso de la soldadesca ideológica del
régimen. Para Joachim Fest -que hace unos años cosechó un muy considerable
éxito en España con un público más amplio que no conocía su biografía de Hitler
y fue tras la presentación del libro El hundimiento, después llevado
al cine-, la profunda tragedia cultural alemana estuvo en la incapacidad de las
élites culturales en hacer frente al nazismo. Con la clase trabajadora
movilizada por comunistas y nazis, enfrentados o aliados contra los pocos
demócratas, Fest describe cómo esa gran burguesía de la cultura de preguerra,
tan bien descrita por Thomas Mann, se encanalla y deprime tras la Gran Guerra
que es para muchos el hundimiento total de la cultura estructurada. Así,
renunciando al liderazgo social y ético que deja en manos de las dos ideologías
redentoras y asesinas, Fest tuvo que sufrir mucho bajo los ataques de quienes
le acusaban de trivializar el nazismo por compararlo al comunismo y de ser
quien provocó la llamada "lucha de historiadores". Fest tuvo el
inmenso coraje de buscar matices en la escenografía de la sociedad del
nacionalsocialismo cuando hasta los nazis más agresivos estaban, si era en
Alemania Oriental, plenamente integrados en el partido comunista y en la
Occidental en todos los estamentos pero siempre con un lema común a ambos lados
del telón de acero y era el del mito de que bajo Hitler no había otra forma de
existir que seguirle, adorarle o pretender hacerlo. Fest demostró pronto que no
era así pero ante todo con sus memorias a punto de salir desmiente a quienes
alimentan tal teoría. Durante muchas décadas desafió continuas
descalificaciones de lo que se tachaba de aristocratismo tibiamente antinazi
desde la izquierda alemana. Por el contrario, siempre fue un buceador en los
matices, de esos que ahora tantos piden, por ejemplo los incondicionales de
Günter Grass -con más fama éste pero no más carácter que Fest-; Fest siempre
buscó, sin éxito, la explicación para el terrible e incontrovertible hecho de
que la gran cultura alemana no se rebelara contra la miseria moral y cultural
del marcialismo nazi. Cuando quienes aún se creían parte de esas élites, mucho
después de Stalingrado, con la guerra ya decidida, quisieron reaccionar allá
por el 20 de julio de 1944, era demasiado tarde. La nación alemana, tan
dependiente de sus modelos de excelencia, estaba condenada. Aunque su libro de
memorias, coincidente casi en el tiempo con el ya celebérrimo de Günter Grass,
todavía no está distribuido aún, el crítico del semanario Der Spiegel, Matthias
Matussek, ya lo ha calificado como una obra maestra y los pasajes publicados
en Frankfurter Allgemeine, del que fue editor durante años, no dejan
lugar a dudas.
Probablemente con Sebastian Haffner, Fest haya sido el más
sabio y brillante analista del nacionalsocialismo desde una óptica alemana. Un
intelectual conservador con la firmeza que su apellido (Fest: firme) delataba.
Su libro más controvertido fue la biografía autorizada de Albert Speer,
dirigente y arquitecto nazi, al que según sus críticos trató con excesiva
benevolencia en los esfuerzos exculpatorios de aquel nazi elegante. Fest era un
rigorista moral e intelectual pero quizá también por ello un hombre libérrimo,
gran conversador y curioso inabarcable. Quien quiera entender el siglo XX en
Alemania y Europa habrá de leerle.
Joachim Fest. EFE
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