Por HERMANN TERTSCH
El País, Madrid,
16.04.91
El 'aparato' poscomunista bloquea las reformas en Rumanía
El Gobierno rumano de Petre Roman, que se enfrenta a una
nueva oleada de descontento por las subidas de precios aplicadas el pasado día
1, tiene prácticamente bloqueada la reforma de las estructuras económicas e
industriales por la obstinada resistencia de los mandos medios de la
Administración. Mientras el Parlamento realiza una "frenética labor
legislativa", con más de 70 leyes elaboradas y aprobadas, su aplicación es
bloqueada por el aparato heredado del régimen anterior.
Dos miembros de la comisión de redacción de la nueva
Constitución, su vicepresidente, Ion Les, del Frente de Salvación Nacional
(FSN), y su secretario, Gyorgy Frunda, de la Unión Democrática Húngara (UDM),
coincidieron, en una conversación con este periódico en Madrid, en que la
resistencia de funcionarios y directores y la mentalidad heredada del régimen
anterior han impedido hasta ahora la aplicación del programa de Petre
Roman. Les, miembro del partido gubernamental, y Frunda, el representante de la
minoría húngara, la principal oposición al FSN en el Parlamento de Bucarest,
son partidarios de una "terapia de choque" para la economía rumana
similar a la aplicada en Polonia por el responsable de economía, Leszek
Balcerowiez.
Diez meses después de la presentación del programa de Roman,
netamente liberalizador y dirigido a la creación de una economía de mercado,
los mandos en empresas y ministerios, en su mayoría los mismos de la dictadura
de Nicolae Ceausescu, impiden con éxito su realización. "Son la misma
gente que antes, y no van a cambiar. En las industrias sólo han cambiado el
nombre. Hace meses aprobamos un sistema para examinar la capacidad y disposición
de los cuadros de mando en la economía, pero aún no ha sido posible
aplicarlo", señala Frunda.
Les, por su parte, cree que el Gobierno del FSN logrará
romper finalmente la oposición al cambio. Niega que parte del FSN forme parte
de esta resistencia, tal como acusa la oposición. El bloqueo sistemático de las
reformas en los mandos medios de la Administración y del Estado es consecuencia
del pacto entablado antes de las elecciones de mayo de 1990 por la cúpula
reformista del FSN con el aparato comunista, que dio como fruto su victoria
electoral con más del 65% de los votos. Al asumir después el FSN, bajo Roman,
un programa de reformas para romper los monopolios, privatizar industria y
tierra, fomentar la inversión extranjera y liberalizar los precios, la
Administración ha logrado bloquear todas menos la última de estas medidas, cuyo
efecto es una inmediata caída del nivel de vida y mayor descontento social.
Poco después de su victoria electoral, el FSN impuso un
decreto ley que obligaba a las empresas a contratar a desempleados, por
entonces oficialmente 150.000. Esta ley, que daba un plazo hasta el 15 de
febrero de 1991 a las empresas, carecía de toda racionalidad económica.
Las empresas rumanas tienen plantillas excesivas. Frente a
este posiblemente último gesto del FSN hacia el pleno empleo, las cifras que se
barajan para este año sitúan el índice de desempleo en torno al 20% y 1.500.000
personas. Si estas cifras se alcanzan sin haberse acometido la reestructuración
económica e industrial, cabe prever que ésta haga subir el paro hasta niveles
de difícil tolerancia social.
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