Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Zagreb
El País Jueves,
08.08.91
Un comando de la milicia serbia de la región de
Krajina amenazó ayer con fusilar a siete periodistas españoles e italianos por
considerarlos agentes del Ministerio del Interior croata y fascistas, y los
liberó dos horas y media después, no sin antes robarles un automóvil Audi 80,
un ordenador y varias radios de onda corta y magnetófonos.
Los siete informadores, entre ellos el enviado especial de
EL PAÍS y Enrique Müller, de El Correo Español-El Pueblo Vasco, habían
partido de Zagreb hacia Mecancani, donde los dos informadores españoles tenían
acordada un día antes una cita con el comandante que dirige el asedio serbio a
la ciudad de Kosteljnica, que se encuentra bajo control croata.
Oficiales del Ejército
"¡ESPÍAS!", GRITABA EL GRUPO ARMADO A LOS
INFORMADORES DE ESPAÑA E ITALIA
Los campesinos serbios que habían conversado amablemente con
los enviados especiales se retiraban temerosos a una ladera del monte vecino.
Una vez que los siete periodistas estuvieron colocados en fila, varios guardias
serbios montaron sus fusiles de asalto, al tiempo que repetían las acusaciones
contra los detenidos e insultaron a los campesinos serbios por haber dejado que
"estos agentes" cruzaran la primera barricada y vieran la logística
interna de la Banija. Durante toda la acción estuvieron presentes dos oficiales
del Ejército federal que no hicieron ademán alguno de intervenir. Tras casi una
hora de gritos y un largo momento en el que los periodistas se creyeron frente
a un pelotón de fusilamiento, y una vez registrados exhaustivamente los
automóviles, llegó un vehículo con un oficial del Ejército y un civil que
conversaron unos minutos con el jefe del comando de la milicia. Acto seguido
éste ordenó a los siete periodistas montarse en uno de los dos coches. Declaró
confiscados el otro automóvil y diverso equipo de trabajo y advirtió que el
coche no debía parar hasta Petrinja, bajo control croata. Todos los intentos de
diálogo con los milicianos serbios recibían como respuesta una mirada del cañón
de los kaláshnikov.
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