martes, 28 de marzo de 2017

EUROPA DEL ESTE LAMENTA LA ESCASA DISPOSICIÓN DE OCCIDENTE A SACRIFICARSE

Por HERMANN TERTSCH
El País,  Bratislava, 10.06.91

La decepción en Europa del Este por la falta de disposición occidental a asumir sacrificios para la recuperación económica y reconstrucción de las economías de los países salidos de las dictaduras comunistas se ha hecho patente en la conferencia del Instituto de Estudios Estratégicos Este-Oeste que concluyó ayer en la localidad eslovaca oriental de Bardejov.
Hungría, Polonia y Checoslovaquia advirtieron a Occidente que la ayuda a sus reformas pasa en primer lugar por la apertura de los mercados occidentales y el desmantelamiento de las barreras discriminatorias existentes, y solicitaron que esta cuestión sea incluida en la agenda de trabajo de la reunión de los Siete Grandes que se celebrará en Londres. Representantes de los tres países ex socialistas de Europa central y oriental que más han avanzado en sus reformas hacia la economía de mercado y coorganizadores de la conferencia se quejaron unánimemente de que los aplausos y parabienes occidentales por la liquidación del socialismo real no son acompañados por decisiones políticas imprescindibles para la recuperación económica de estos países.
Varios dirigentes occidentales, desde el vicepresidente norteamericano, Dan Quayle, que asistió a la apertura, hasta la presidenta del Parlamento alemán, Rita Sussmuth, que estará hoy en la clausura, han podido comprobar en esta aldea eslovaca que los Gobiernos de Polonia, Checoslovaquia y Hungría consideran pasado ya el tiempo de altisonantes celebraciones del fin del comunismo.

Apertura de los mercados
La conferencia fue inaugurada por el presidente checoslovaco, Vaclav Havel. Aunque, probablemente por ser anfitrión, Havel mantuvo en un segundo plano las expectativas de ayuda, el presidente húngaro, Arpad Goncz, y el primer ministro polaco, Jan Bielecki, dejaron claro que, sin la apertura de los mercados occidentales para los productos de sus países, todas las promesas de ayuda son hueras.
Dan Quayle constató "con satisfacción que el comunismo ha desaparecido en el basurero de la historia", y aseguró que intervendrá a favor del desmantelamiento de barreras comerciales para los citados países. Éstas afectan en especial a los sectores textil, siderúrgico y alimentario.
Polonia, Checoslovaquia y Hungría están coordinando cada vez con más intensidad su política hacia occidente a la vista de una falta de resolución occidental que afecta a los tres países por igual.
Havel destacó en su discurso de apertura que la región centroeuropea que forman estos tres países no quiere pasar a ser una "tierra de nadie" que navegue entre una comunidad occidental cerrada y una Unión Soviética en plena descomposición.

La desaparición en la práctica de la URSS como mercado para los productos de estos tres países desde que el 1 de enero pasado fue impuesto el comercio con divisas convertibles ha supuesto un gravísimo golpe a sus economías, que no ha podido paliarse siquiera con exportaciones a Occidente por las restricciones comunitarias a la entrada de sus productos. El presidente húngaro tuvo palabras aún más amargas hacia Occidente, recordando que ya en los aplastamientos de los levantamientos populares de estos países contra la ocupación soviética, Occidente había permanecido inactivo. Advirtió que, con su falta de respuesta a los llamamientos a abrir sus mercados, los países occidentales reincidían en esta actitud.

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