Por HERMANN TERTSCH
El País, Zagreb,
07.07.91
LA DESINTEGRACIÓN YUGOSLAVA
El presidente serbio, Slobodan Milosevic, exhortó ayer, a
través de la televisión, a los ciudadanos de su república para que "estén
dispuestos a defenderse" ante la posibilidad de que se reinicie la guerra.
"Pido a los ciudadanos de Serbia", dijo, "que defiendan su país,
porque no podremos salir con bien de una eventual guerra si no nos preparamos para
ella y nos adormecemos pensando que no habrá contienda".
Sin embargo, el líder serbio agregó que los litigios
secesionistas en el país "pueden arreglarse de forma pacífica" y dijo
que "la integridad de Yugoslavia debe salvaguardarse en un nuevo marco,
sobre la base de la voluntad de los pueblos y el respeto a su derecho a la
autodeterminación". El mensaje de Milosevic siguió en algunas horas a otro
del jefe de la presidencia colectiva del Estado de Yugoslavia, Stipe Mesic, que
confirmó que el nuevo ultimátum a Eslovenia, que expira al mediodía de hoy, fue
impuesto al máximo órgano del poder civil en Yugoslavia por los militares.
"Los ocho puntos, con sus plazos y horario, fueron presentados y
estipulados por el ministro de Defensa, Veljko Kadijevic", declaró el
recién nombrado presidente federal.
[Kadijevic manifestó que la toma del poder por parte del
Ejército estaba "excluida" desde el comienzo de la crisis yugoslava.
En un discurso pronunciado por televisión, el ministro de Defensa agregó:
"Sólo los medios políticos, y no el recurso al Ejército, pueden permitir
el logro de una solución duradera a la crisis", informa France Presse].
Por su parte, las autoridades eslovenas manifestaron ayer
que temen un nuevo e inminente ataque una vez cumplido el plazo del último
ultimátum, que tacharon de "inaceptable". El representante de
Macedonia en la presidencia, Vasil Tupurkovski, fracasó ayer en su intento de
convencer a Eslovenia para cumplir las condiciones.
Nueva misión de la CE
La troika comunitaria, compuesta por los ministros de
Asuntos Exteriores de Holanda, Luxemburgo y Portugal, llegó anoche a Zagreb,
desde donde se trasladará al archipiélago croata de Brioni para negociar hoy
una salida pacífica e intentar impedir con su presencia una inmediata reacción
militar tras vencer los plazos dados a esa república.
[Por su parte, el enviado especial del presidente soviético,
Mijail Gorbachov, y viceministro de Exteriores, Yuri Kulchinski, llegó ayer a
Belgrado, donde afirmó que su país era partidario de "soluciones
democráticas" pero no desea que éstas pongan en cuestión las actuales
fronteras de Europa", informa Efe].
Los militares yugoslavos en Belgrado acusaron de nuevo a
Eslovenia de violar el alto el fuego, y, a través del miembro del Estado Mayor
general Marko Negovanovic, atacaron al primer ministro, Ante Markovic, por
asegurar que no había estado al tanto de la operación militar en Eslovenia.
Según el general, Markovic había sido informado en todo momento sobre las
medidas tomadas y proyectadas. Negovanovic calificó de "fascista" al
Gobierno de Eslovenia, en una escalada verbal que no augura nada bueno.
En Croacia se reprodujeron los fuertes combates entre la
Guardia Nacional croata y grupos de radicales nacionalistas serbios, en gran
parte llegados desde Serbia para hostigar a las fuerzas croatas y forzar a un
mayor despliegue militar en las regiones de Eslavonia y Krajina.
Mesic aseguró que él se había distanciado del ultimátum pese
a las informaciones llegadas el viernes desde Belgrado que hablaban de un
"voto unánime" de la presidencia. El presidente se declaró contrario
al uso de la fuerza contra Eslovenia, aun en el caso de que, como parece ya
seguro, Liubliana no cumpla las condiciones del ultimátum. "El Ejército
debe volver a sus cuarteles y no realizar labores policiales. Todo debe
solucionarse por negociaciones", señaló.
Mesic dijo asimismo que cualquier medida militar contra
Eslovenia después de cumplirse el plazo, hoy a las doce de la mañana, será
anticonstitucional porque no habrá emanado de una orden de la presidencia colectiva.
El presidente reconoció que había sufrido otro revés en la presidencia al ser
rechazada de plano la inclusión en la agenda de trabajo de un capítulo sobre
reparaciones a Eslovenia por los daños causados allí en la pasada semana por el
Ejército federal. El Gobierno esloveno retiró las barricadas que mantenían
bloqueados y aislados cuarteles y algunas unidades federales, y liberó a los
más de dos millares de soldados federales hechos prisioneros por sus fuerzas,
que llegaron ayer a sus lugares de origen. Sin embargo, se negó a devolver todo
el material bélico incautado al Ejército federal hasta que no quede aclarado en
negociaciones el pago de reparaciones de guerra por los ingentes daños causados
por la acción militar. Las fuerzas eslovenas se hicieron durante los combates
con grandes cantidades de armas, munición y vehículos, incluidos carros de
combate.
En Serbia mientras tanto se perfila ya una coalición de
guerra entre todos los partidos. Desde los comunistas del partido socialista de
Slobodan Milosevic hasta la extrema derecha de Vuk Draskovic, los partidos
acordaron "subordinar todos los intereses políticos a los intereses
nacionales".
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