Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Osijek
El País Miércoles,
03.07.91
LA DESINTEGRACIÓN YUGOSLAVA
Poco después de que el presidente esloveno, Milan Kucan,
proclamase la retirada unilateral de sus fuerzas de Defensa Territorial y el
fin de las hostilidades, el jefe del Estado Mayor del Ejército yugoslavo,
general Blagoje Adzic, anunció públicamente a última hora de ayer que no había
ninguna posibilidad de establecer una tregua en la guerra contra Eslovenia. En
varios puntos de esta república se produjeron violentos combates con un número
indeterminado de muertos y heridos, y bombardeos de diferentes objetivos, entre
ellos centros de radio y televisión, incluidos los de Liubliana.
"Eslovenia está en guerra y no es posible aplicar un
alto el fuego, incluso en el caso de que el Ministerio de Defensa quisiera el
regreso de las unidades a los cuarteles". Con esta frase el general Adzic
pareció cerrar anoche toda puerta a un arreglo pacífico en la república de
Eslovenia. En la misma alocución, el jefe militar aseguró que la guerra será
corta" y no dejó dudas sobre su determinación de derribar al Gobierno
esloveno actual. Los dirigentes de Liubliana ofrecieron poco antes una retirada
de sus fuerzas para permitir al ejército federal regresar a los cuarteles. Sin
embargo, los combates continuaban. En Croacia se multiplicaron los tiroteos
entre grupos radicales serbios y la policía croata. En la ciudad de Glina se registraron
numerosos muertos y heridos, y en Zagreb se produjeron las primeras víctimas al
disparar unidades del Ejército federal contra manifestantes que intentaban
impedir la salida de los carros de combate del cuartel mariscal Tito en la
capital croata.
En Belgrado miles de personas se manifestaron ante el
Parlamento de Serbia contra el Ejército y el presidente serbio, Slobodan
Milosevic, mientras familiares de soldados reclamaban el regreso inmediato de
sus hijos destacados en Eslovenia y Croacia.
Un plan de paz muerto
El plan de paz de la Comunidad Europea (CE) parecía ayer
haber muerto definitivamente cuando sólo uno de sus puntos ha llegado a
cumplirse. Los dos principales conflictos yugoslavos, el institucional -entre
el Gobierno federal y Serbia por un lado, y Eslovenia y Croacia por el otro- y
el étnico -que se dirime ante todo en Croacia y Bosnia-Herzegovina- entraron
ayer en una fase en la que parecía imparable la escalada de la guerra.
El Ejército se ha insubordinado al poder civil. Cada vez se
hace más patente la alianza del mando militar con los grupos radicales
auspiciados por el presidente serbio Milosevic, en Croacia. Se incrementan los
signos de disolución en el Ejército con centenares de deserciones y rendiciones
en combate. Grupos de civiles no identificados, fuertemente armados, se han
desplegado por las dos repúblicas septentrionales. Todos estos elementos
aumentan los temores a una guerra balcánica con varios frentes.
El Ejército, desoyendo las órdenes del alto el fuego y
retirada a sus cuarteles, emitió ayer un comunicado en el que acusaba a las
fuerzas eslovenas de hostigar a sus tropas y de no permitir su repliegue, y
anunció una respuesta decisiva contra el enemigo. Este comunicado se hizo
público horas después de que el comandante del Ejército en la quinta región, el
esloveno Konrad Kolsek, fuera destituido y relevado por un serbio, el general
Avramovic Zivota. También fue sustituido el jefe de las Fuerzas Aéreas, sin que
ayer se supiera el alcance de las posibles disensiones en la cúpula militar que
sugieren estos ceses.
El croata Stipe Mesic, acompañado por el miembro macedonio a
la presidencia, viajó anoche a Liubliana para persuadir al nuevo jefe de la
región militar a un alto el fuego. Anoche fue convocada una reunión de
emergencia de la presidencia que no se sabía si llegará a realizarse. El
aeropuerto de Zagreb permaneció cerrado varias horas. La aviación militar atacó
por la tarde cuatro centros de emisión de radio y televisión de Eslovenia, cuya
capital se encontraba aislada del exterior. Los aviones del Ejército federal
también bombardearon diversos objetivos en el sur de la República. El mando
esloveno anunció haber reconquistado los puestos fronterizos con Austria, que
habían caído en manos del Ejército federal en los últimos días.
En Croacia, los grupos serbios armados en la región de
Eslavonia reforzaron sus operaciones en lo que parece una acción coordinada
para forzar una intervención masiva también en esta república.
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