Por HERMANN TERTSCH
El País, Madrid,
04.05.91
Los muertos de Borovo Selo son la lógica consecuencia de una
estrategia de tensión interétnica fomentada por la dirección serbia del
neocomunista Slobodan Milosevic. A corto plazo, el objetivo es impedir que el croata Stipe Mesic acceda a la jefatura de la presidencia colectiva yugoslava
el día 15 de este mes. A medio plazo, Milosevic sólo da dos opciones a la
fracasada federación que es hoy Yugoslavia. Éstas son la unidad bajo la
hegemonía de una Serbia dirigida por él o la conquista por Serbia de
territorios poblados por serbios en otras repúblicas, lo que supondría la
guerra civil. La primera opción es inviable por la oposición de todos los demás
pueblos yugoslavos, la guerra civil parece cada vez más probable. En marzo,
Milosevic intentó implicar al Ejército en su estrategia y forzarlo a implantar
el estado de excepción. Fracasó, pero nadie dudaba de que habría nuevos
intentos de impedir la rotación constitucional en la jefatura del Estado.
Milosevic cuenta con el potencial desestabilizador de la
minoría serbia en Croacia, manipulada por sus agentes y agitada por la
inmoderada retórica nacionalista croata. El odio entre serbios y croatas causó
centenares de miles de muertos en la II Guerra Mundial. El odio ha vuelto a su
cota máxima. El día 12, los serbios de la región croata de Krajina quieren
decidir su anexión a Serbia. El presidente croata, Franjo Tudjman, ha llamado a
la "defensa de cada palmo de la patria croata".
Puede que se pronuncie el Ejército, dirigido por comunistas
en su mayoría serbios. No ha sido ajeno al suministro de armas a la milicia
serbia. El mando del Ejército está en manos del general Blagoje Adzic por
enfermedad del ministro de Defensa, Veljko Kadijevic. Esto agrava la situación.
Adzic, serbio nacido en Croacia, es un comunista que ve en el gobierno
conservador croata y en el candidato a jefe del estado, Mesic, meros sucesores
de los ustashas (fascistas croatas) que en la guerra mataron a 38
familiares suyos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario