Por HERMANN TERTSCH
El País, Zagreb,
30.06.91
YUGOSLAVIA, AL BORDE DE LA DESINTEGRACIÓN
Fuerzas especiales del Ejército, cuyos miembros son en su
totalidad serbios y montenegrinos, han llegado a diversas partes de Eslovenia y
Croacia para intentar frenar la descomposición de las fuerzas federales. En la
base militar de Cerklje, cerca de la frontera eslovena con Croacia, estas
fuerzas especiales impidieron ayer a tiros que cerca de 40 pilotos y varios reclutas
de origen esloveno abandonaran el cuartel siguiendo el llamamiento a la
deserción del presidente Milan Kucan. La base aérea, fuertemente custodiada por
las fuerzas recién llegadas, tiene todos los accesos cortados por miembros de
la Defensa Territorial eslovena, que ha destruido los sistemas de señalización y
comunicación externos del aeropuerto para dificultar el aterrizaje de aviones
con tropas desde el sur.
"Hemos oído muchos disparos y ráfagas, primero a las
cinco de la madrugada y después hace unas horas", dijo al mediodía una
señora que vive a unos centenares de metros de la entrada de la base.
"Los spezialni llegados de Nis [sur de Serbia] disparan contra
todo lo que se mueve. Esta mañana han herido a un hombre que pasaba en
coche", dice un miliciano apostado en una barricada.
De hecho, uno de los spezialni de guardia en la
puerta central se echó el kaláshnikov a la cara al ver el automóvil de EL PAÍS
circulando por la desierta carretera. La tarea principal de estos grupos de
élite es ya el impedir que se convierta en realidad la pesadilla de los
oficiales federales: la descomposición de su tropa por etnias.
Como muchos vaticinaban, la intervención militar en la
crisis puede suponer el fin de este Ejército. El viernes se dieron los primeros
casos de soldados que volvieron sus armas contra sus oficiales para obligarles
a rendirse a las tropas de Defensa Territorial eslovena. Si no se impone pronto
el alto el fuego, parece inminente el brote de los primeros combates entre
facciones del Ejército federal.
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