Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Zagreb
El País Miércoles,
10.07.91
LA DESINTEGRACIÓN YUGOSLAVA
La guerra entre Serbia y Croacia por la posesión de la
región croata de Eslavonia ya ha comenzado, y su escalada en los próximos días
y semanas parece ya inevitable. El Ejército atacó ayer de nuevo a la Guardia
Nacional croata en la localidad de Ilok, en Eslavonia. Unas ráfagas de
ametralladora desde un avión federal hirieron a dos miembros de estas fuerzas
croatas, según confirmó a media tarde el jefe de la Guardia Nacional en Osijek.
Un policía croata apareció muerto en una lancha en el río
Drava y otros dos desaparecieron. Tras la batalla de Tenje, en la que se
produjeron al menos 12 muertos, la Guardia Nacional croata se dispone a atacar
los pueblos serbios considerados como bastiones del
radicalismo cetnik. Aunque aún espera órdenes de Zagreb, en Osijek,
capital de Eslavonia, controlada por fuerzas croatas, ha sido derrotada
definitivamente la "facción contemporizadora". Para evitar muertes
civiles y una probable guerra abierta con el Ejército y Serbia, la
"facción contemporizadora" seguía la línea propugnada en Zagreb por
el presidente, Franjo Tudjman, y el presidente de la federación yugoslava,
Stipe Mesic, de limitar daños e intentar neutralizar con métodos policiales y
no militares a los grupos cetnik llegados de Serbia. Esta vía ha
fracasado con la nueva ofensiva terrorista lanzada desde Serbia tras la proclamación
de independencia de Zagreb y la intervención militar en Eslovenia. Con el apoyo
de una mayoría croata indignada con la debilidad de Zagreb tras meses
de acoso armado por los grupos radicales serbios y la acción coordinada de
los halcones del nacionalismo croata en la capital y en Osijek, se ha
impuesto la línea dura de actuar contra los pueblos serbios considerándolos
territorio ocupado por el enemigo.
En Osijek se ha impuesto la certeza de que la guerra no
declarada entre Serbia y Croacia ha comenzado y que se trata ya de una guerra
territorial por la región de Eslavonia que Belgrado disputa a Zagreb, y que
habrá de resolverse militarmente.
Fuentes consultadas por EL PAÍS señalaron que la Guardia
Nacional dirigida por Branimir Glavas intenta conseguir en Zagreb permiso para
un bombardeo artillero sobre pueblos serbios considerados centros de
operaciones cetnik en Croacia, como son Bobota, Beli Brdo y Mirkovci,
antes de tomarlos con sus fuerzas.
Glavas quiere evitar que el Ejército vuelva a tener -como en
pasadas operaciones policiales croatas contra los cetnik en Tenje y
otros puntos- tiempo de impedirle de nuevo que sus fuerzas tomen los pueblos
controlados por serbios radicales. Quiere además evitar en estas operaciones
una nueva situación como la habida en Tenje el domingo, en que la Guardia
Nacional croata y el Ejército estuvieron muy cerca de un enfrentamiento armado
directo.
El hecho de que el domingo, mientras la troika comunitaria
intentaba lograr un acuerdo en Brioni, se produjeran la operación en Tenje y otras
que han tenido menos eco, como la habida en la aldea serbia de Solodovci,
refuerza la impresión de un endurecimiento de la actitud croata, que, por otra
parte, demanda ya con vehemencia la población croata de la región.
En Solodovci, 150 guardias nacionales croatas combatieron
durante más de cinco horas con la población serbia y mataron al menos a dos
civiles que, si bien armados, no eran miembros de los grupos cetnik.
Nuevamente bajo control serbio, las casas de la población
muestran signos evidentes de que la acción fue una operación de castigo, a
cuyos autores en tiempos de paz y en un régimen democrático habría que exigir
responsabilidades. La Guardia Nacional croata mató las vacas de algunos
habitantes, y destrozó a tiros tractores, automóviles y viviendas en las que ya
no se hallaba nadie.
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