jueves, 30 de marzo de 2017

DRAGAN DE LOS BALCANES

Por HERMANN TERTSCH
El País,  Zagreb, 07.08.91

GUERRA EN LOS BALCANES

Ha nacido un nuevo mito en esta tierra tan fértil para leyendas épicas que son los Balcanes. Como las innumerables guerras que en el pasado marcaron la suerte y las conciencias de los muchos pueblos que aquí conviven, las recientes batallas, su violencia, sus muertos y sus gestas ya tienen sus traidores y sus héroes. Entre éstos se halla un hombre con un pasado rodeado de misterio, de coraje proverbial, brillante como militar y estratega. Es el capitán Dragan, el líder militar de los serbios de la región de Krajina que en pocos meses ha creado un ejército disciplinado y de gran poder combativo en la guerrilla que expande día a día su territorio y controla zonas a tan sólo 45 kilómetros de la capital croata, Zagreb.
Los serbios de Krajina rebosan orgullo con sólo oír el nombre de este serbio de Belgrado, de 38 años, pequeño como pocos adultos en este pueblo serbio de tan fuerte complexión. Dragan rechaza cualquier pregunta sobre su identidad o pasado. Tan sólo asegura haber nacido en la capital serbia, haber emigrado con sus padres, estar graduado en una academia militar y haber viajado a "más de 70 países, por trabajo u ocio".
Su inglés con fuerte acento australiano revela que el destino de su emigración fue el de tantos serbios y croatas que buscaron fortuna en aquel continente. La falta de giros típicos de Belgrado en su lengua natal denota que abandonó este país relativamente joven. Sus comentarios y su forma de actuar prueban que conoce el mundo y que en Australia no se dedicó a la agricultura.
Se considera militar y dice que su labor es defender a todos los serbios allá donde se encuentren. No le interesan los debates políticos que existen incluso en una población unida como una piña en su odio al Gobierno de Croacia. "Yo sólo estaré aquí mientras nuestras fuerzas armadas se dediquen sólo a lo que deben, a la defensa. Toda creación de ejércitos bajo mando de los partidos políticos serían una catástrofe", dice.
Dragan apareció un día por Knin, capital de la Krajina, región croata de mayoría serbia, y presentó su "concepto de defensa" a las autonombradas autoridades dirigidas por Milan Babic, un dentista que se erigió en líder de la revuelta contra Zagreb. Ésta fue aceptada y desde entonces ha dedicado sus ingentes dotes de organizador y estratega, su destacada inteligencia y su capacidad de trabajo -según sus soldados, infinita- a consolidar en Krajina un poder serbio capaz de rechazar toda ofensiva croata.
Es un hombre de nervio y vibra cuando explica su labor en lo que califica de "defensa de la nación serbia". Rechaza cualquier sugerencia de que el Ejército le ayuda y asegura no haber tenido dificultad para comprar en el exterior el armamento moderno de que dispone su tropa.
Como comandante en jefe de las fuerzas de operaciones especiales de Krajina, ha dispuesto de 12.000 hombres bien armados y motivados. Sus fuerzas entraron en la región de Banija y en la Krajina de Bosnia-Herzegovina, las controlan y causan diariamente bajas a las fuerzas de Zagreb. Pero hace una semana declaró que su labor en Krajina había concluido. Habían surgido diferencias con Babic, y estaba deseoso de acudir a Eslavonia.
"Nos veremos en Eslavonia", decía días antes de que precisamente allí, en la aldea de Dalj, 85 policías y guardias nacionales croatas murieran en un ataque de la guerrilla serbia.

Serbia va ganando, y él lucha por Serbia. En el pasado fue un mercenario, pero esta vez, quizá la primera, lucha por convicción.

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