miércoles, 29 de marzo de 2017

ESLOVENIA DESMOVILIZA TROPAS Y LIBERA PRISIONEROS

Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Zagreb
El País  Sábado, 06.07.91

LA DESINTEGRACIÓN YUGOSLAVA

El Gobierno esloveno dio ayer claras muestras de avenirse a un acuerdo, pese a rechazar las condiciones impuestas el jueves por la presidencia colectiva del Estado de Yugoslavia. Liubliana ha comenzado la desmovilización de su Defensa Territorial. Alrededor de 10.000 hombres de esta fuerza regresaron ayer a los cuarteles, y se procedió además a liberar a 2.500 soldados federales prisioneros.
En Croacia prosiguió ayer la escalada de violencia provocada por el radicalismo serbio, que volvió a cobrarse varias víctimas. El presidente de la jefatura del Estado, el croata Stipe Mesic, aseguró ayer que pese a tener forma de ultimátum el catálogo de exigencias hechas a Eslovenia, el Ejército no intervendrá mañana, día en que expira el plazo dado a esta república. Mesic aseguró que las Fuerzas Armadas se han vuelto a subordinar al poder político, extremo que nadie se atreve a creer en Croacia y Eslovenia. En Liubliana, tanto el presidente de la república, Milan Kucan, como el primer ministro, Lozje Peterle, advirtieron sobre el peligro de un nuevo estallido de la guerra cuando concluya el plazo.
Anoche no se había producido aún reacción alguna de Belgrado a las medidas adoptadas por la cumbre de ministros de la Comunidad Europea contra Yugoslavia, como la congelación de ayuda económica, el embargo de armas y el envío de observadores comunitarios para disuadir a todas las partes enfrentadas de violaciones de los acuerdos del plan de paz.

Prisioneros de guerra
Liubliana liberó ayer a unos 2.500 prisioneros de guerra del Ejército federal, que partieron escalonadamente en trenes especiales desde la capital eslovena hacia Belgrado. También comenzaron a ser desmanteladas las barricadas ante los cuarteles del Ejército federal y en los puntos en que éstas impedían el regreso de las tropas a sus cuarteles. Los carros de combate en Eslovenia comenzaron a regresar a sus bases.
Eslovenia entretanto ordenó la desmovilización de 10.000 hombres de la Fuerza Territorial, sus Fuerzas Armadas, sobre efectivos totales de 68.000 hombres. La Fuerza Territorial estaba hasta ayer en estado de máxima alerta. Por otra parte Liubliana dijo estar dispuesta a negociar la devolución del control de los puestos fronterizos al Gobierno federal. Mesic había declarado ayer en torno a este punto que podría lograrse un compromiso si Eslovenia mantiene el control de las fronteras, pero reanuda el pago de los aranceles a las arcas federales.
En Croacia se produjeron ayer fuertes combates entre la policía croata y milicias serbias radicales, con un balance aún indeterminado de víctimas. Tanto en Eslavonia como en Krajina, las dos regiones croatas con población serbia, se fortalecía con estos combates la impresión de que está en marcha una insurrección para forzar la entrada masiva del Ejército y garantizar allí el control serbio.
El diario de Belgrado Politika, portavoz de la presidencia serbia, confirmó ayer la nueva estrategia de Slobodan Milosevic y la facción serbia del Ejército de aceptar la independencia de Eslovenia y concentrar la presión militar sobre Croacia, que cuenta con una minoría de 600.000 serbios. Las presiones militares sobre la presidencia colectiva tuvieron éxito, como se desprende del ultimátum puesto a Eslovenia, pero la reunión de la jefatura del Estado no llegó a resultado alguno respecto a Croacia.
Los grupos serbios, dirigidos en gran parte directamente desde Belgrado, continuaron ayer ampliando su control sobre pueblos y vías de comunicación en las regiones conflictivas. Algunas zonas de Eslavonia, en el noreste de Croacia, han quedado aisladas del resto del país por las barricadas de serbios fuertemente armados.
El anuncio escalonado ayer del cumplimiento por parte de Eslovenia de algunas de las condiciones centrales impuestas por la presidencia federal para un acuerdo con la república alpina puso de relieve que, mientras se mantiene la verborragia nacionalista, las autoridades de Liubliana buscan una tangente por la cual evitar con suficiente dignidad que al vencimiento del plazo impuesto por el Gobierno de Yugoslavia se reanuden los enfrentamientos con el Ejército federal.

La liberación de los prisioneros de guerra que ayer abordaban los trenes rumbo a Belgrado, la negociación para la devolución de las fronteras -que quedaron otra vez bajo control esloveno tras la retirada del Ejército-, y la desmovilización de la Fuerza Territorial son una respuesta que va al corazón de las exigencias federales. La duda que reina, en todo caso, es la posibilidad de atentados incontrolados contra el Ejército federal que desencadenen una reacción militar imprevista. Ayer por la noche la presidencia eslovena dijo que la república, de menos de dos millones de habitantes, ya había cumplido con algunas de las siete exigencias y estaba dispuesta a negociar sobre el tema de las fronteras. "Este punto debe ser resuelto en forma tripartita, junto con la CE", dijo en un comunicado.

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