Por HERMANN TERTSCH
El País, Tirana,
03.04.91
Shkodra, la vieja ciudad del noroeste de Albania de mayoría
católica y ventana a Occidente, se convirtió ayer en el primer foco de una
rebelión contra el régimen comunista que había logrado el domingo aplicar su
monopolio de poder para ganar las elecciones generales. Shkodra parecía ayer
erigirse en la vanguardia antitotalitaria que Timisoara fue en la revolución
rumana. Aunque no se conoce todavía el balance de víctimas de los
enfrentamientos habidos ayer, todo parece indicar que será más alto que el
confirmado, ya que los enfrentamientos armados continuaban, y grupos de
adversarios del partido comunista, armados ya con los fusiles confiscados en la
sede del Partido del Trabajo de Albania (PTA), parecían dispuestos a todo menos
a seguir aguantando al régimen que sufren desde hace 45 años.
En todo caso, dada la tensión en todo el país, pueden ser
sólo el principio de una larga lista de esta agonía de uno de los regímenes más
implacables que ha producido la ideología marxista-leninista.
En Durres, Elbasan y Kavaya, los manifestantes parecían ayer
dispuestos a seguir el ejemplo de sus compañeros de Shkodra.
Con el fortalecimiento de la línea dura en el PTA parece
descartarse una posibilidad de conciliación entre las dos partes en que se ha
dividido Albania. Los ortodoxos consideran que tienen ahora la oportunidad,
quizá la última, de fortalecer su posición después de tres meses de concesiones
hechas por el presidente Ramiz Alia.
No obstante, las ciudades albanesas están a punto de
estallar todas en una violencia desesperada, y son muchos los albaneses que
están convencidos de que tienen poco que perder en un enfrentamiento frontal
con el aparato comunista. Albania parecía haber entrado ayer en una fase de
preguerra civil que dada su historia podría provocar un río de sangre.
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