Por HERMANN TERTSCH
El País, Zagreb,
07.07.91
LA DESINTEGRACIÓN YUGOSLAVA
El alto mando del Ejército emitió ayer un comunicado de
advertencia a todos los soldados liberados por Eslovenia, que ayer regresaron a
sus casas, para que se reincorporen de inmediato a sus unidades. Sin embargo,
muchos de ellos no veían ayer inconveniente en manifestar ante las cámaras de
televisión que el uniforme que se quitaron durante su cautiverio esloveno era
el último que pensaban ponerse en su vida. "Nos vamos a casa". En
varias ciudades croatas se vienen produciendo deserciones en cadena desde hace
una semana. Muchos se enrolan en la Guardia Nacional croata, y todos reciben el
apoyo de las autoridades croatas. En Eslovenia, el Ejército ya no puede esperar
reclutamiento alguno. "Si hubiera una intervención militar, el
Ejército se disolvería en tres días", dijo Mesic a EL PAÍS días antes de
que el Estado Mayor, dirigido por el general Blagoje Adzic, decidiera dar este
paso, cuyas consecuencias parecen dar la razón al jefe de la presidencia.
El alto mando ha percibido la inutilidad de enviar a los
reclutas a una operación contra una república rebelde, tras recibir los
informes de oficiales y suboficiales, que hablan de deserciones masivas,
rendiciones inmediatas sin lucha, falta de motivación e incluso simpatía hacia
el enemigo. Por ello, las unidades que mantienen su despliegue por Croacia y
las que han acudido en su ayuda en los últimos días están compuestas
exclusivamente por serbios.
Desde hace unos días, los militares panserbios dirigidos por
Adzic, que han tomado el mando en las Fuerzas Armadas, realizan una gran
ofensiva contra todos los mandos de otras etnias.
Con su ultimátum impuesto a la presidencia federal contra
Eslovenia, el ministro de Defensa, Veljko Kadijevic, líder de la "facción
federalista" en el Ejército, quiere contrarrestar esta ofensiva panserbia
y salvar el carácter yugoslavo del Ejército. Pero los conocedores le dan a
Kadijevic muy pocas probabilidades de éxito.
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