Por HERMANN TERTSCH
El País, Osijek,
05.08.91
Los cuatro periodistas que fueron dados por desaparecidos
ayer en Eslavonia llegaron sanos y salvos a Osijek horas después de que alguna
agencia de noticias y emisoras de radio occidentales anunciaran la muerte de alguno de ellos. Los periodistas (cuatro, y no seis, como se había
informado en un principio) habían sido retenidos en Borovo Selo por la
guerrilla serbia, que sospechaba que uno de ellos, el corresponsal de Reuter en
Belgrado, Andrzej Gustinic, era un espía de los croatas.
La versión difundida en Osijek sobre el ametrallamiento de
una balsa en la que cruzaban el Danubio los desaparecidos a las 23.30 del
sábado parece haber sido fruto de la imaginación de algún periodista o policía
croata o del nerviosismo que reina entre los enviados especiales de la Prensa
internacional por el creciente peligro con que se encuentran en la cobertura
informativa de la guerra en Eslavonia.
Hace dos semanas había muerto en la cercana región de Banija
el periodista alemán Egon Scotland, tiroteado en su automóvil, pese a estar
éste perfectamente identificado como vehículo de la prensa. Scotland se
desangró al estallarle una bala explosiva en un muslo.
En la región de Eslavonia, los enfrentamientos entre grupos
armados no regulares, los intensos tiroteos entre pueblos vecinos o incluso
barrios, la lucha por las carreteras y caminos entre los campos y el fuego de
mortero, sobre todo al caer la noche, hacen muy difícil la cobertura
informativa sin asumir altos riesgos.
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