Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Zagreb
El País Sábado,
29.06.91
YUGOSLAVIA, AL BORDE DE LA DESINTEGRACIÓN
Los combates en todo el territorio de Eslovenia remitieron
en la tarde de ayer tras el anuncio de alto el fuego por los primeros ministros
de Yugoslavia y Eslovenia y la apertura de las primeras negociaciones entre las
autoridades federales y las de la república secesionista. Aunque es
virtualmente imposible confirmar si todos respetan el cese de hostilidades, se
han producido retiradas de tropas de los principales escenarios de los
enfrentamientos de ayer. El ministro del Interior esloveno, Ígor Bavcar, ha
denunciado violaciones del alto el fuego.
Según Bavcar, aviones yugoslavos bombardeaban las barricadas
instaladas en carreteras entre Liubliana, capital eslovena, y Novo Mesto, así
como unidades de defensa eslovenas en Morska Sobota. Pese a ello, por primera
vez desde que comenzó la ocupación de Eslovenia existía ayer una leve esperanza
de impedir que la guerra que estalló el jueves se cobre más víctimas y se
extienda a todo el país. El primer ministro, Ante Markovic, ha presentado un
plan de paz que incluye la inmediata reunión de la presidencia colectiva del
Estado para nombrar al representante croata como presidente de la misma, y así
restituir el mando supremo al Estado y al Ejército. La presidencia se halla
paralizada desde hace más de un mes por la negativa de Serbia a aceptar al
representante croata, Stipe Mesic, que debía acceder al puesto según la norma
de rotación.
Markovic aseguró haber recibido información del alto mando
militar sobre la suspensión de todas las acciones de combate en Eslovenia y
manifestó que su Gobierno no es responsable de los acontecimientos, ya que todos
sus llamamientos a esta república para que no adoptara medidas unilaterales
habían fracasado.
Descomposición militar
Ayer se dieron los primeros indicios de descomposición en la
tropa federal multiétnica que combate contra las fuerzas de la República de Eslovenia.
Según las autoridades de Liubliana, un grupo de soldados que se enfrentaba a
fuerzas policiales croatas desarmó a sus propios oficiales y se entregó al
enemigo.
Masivas presiones internacionales llegaron ayer a Belgrado
para que las autoridades federales impongan el acuartelamiento de las tropas y
el cese de las acciones militares. El mando del Ejército de la quinta región
militar informó que habían concluido las acciones al haber alcanzado sus tropas
todos los objetivos establecidos. Sin embargo, y en contraste con las ofertas
de diálogo del primer ministro, Markovic, el ministro de Defensa, Stane Brovet,
advirtió que el Ejército se propone "disciplinar a Eslovenia".
Ayer se incrementaron las dudas sobre la efectividad del
control que aún ejerce el Gobierno federal sobre el Ejército. Dirigentes
políticos de todas las repúblicas desplegaron una frenética actividad en busca
del cese de los combates. Milan Kucan, el presidente de Eslovenia, que reiteró
su llamamiento a la deserción de los soldados eslovenos en el Ejército, era
esperado por la tarde en Zagreb para coordinar con el presidente croata, Franjo
Tudjman, las acciones a tomar dentro de la alianza establecida por las dos
repúblicas.
El representante de Croacia en la presidencia colectiva,
Stipe Mesic, buscó con el macedonio Basil Tupurkovsci una vía paralela a la de
Markovic para restablecer la jefatura del Estado. Sin embargo, Mesic advirtió
que, de producirse la reunión, sólo tratará de las fórmulas de
"disociación" y de la liquidación de la Federación Yugoslava, cuyo
mantenimiento Serbia y algunos mandos federales intentan imponer por la fuerza.
También en Croacia se repitieron ayer intensos movimientos
de tropas en el noroeste y centro de la república. Las autoridades croatas, que
hasta ayer dejaban pasar sin resistencia a las tropas federales camino a
Eslovenia, advirtieron que si el Ejército no vuelve inmediatamente a los
cuarteles, la policía y fuerzas territoriales croatas abrirán fuego contra sus
miembros.
El Consejo Supremo de Croacia declaró que no volverá a
tolerar que el Ejército federal impida a sus fuerzas policiales reprimir las
acciones violentas de grupos serbios radicales.
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