lunes, 27 de marzo de 2017

SERBIA IMPIDE EL NOMBRAMIENTO DEL CROATA STIPE MESIC COMO JEFE DEL ESTADO YUGOSLAVO

Por HERMANN TERTSCH
El País,  Belgrado, 16.05.91

La República de Serbia impidió ayer el nombramiento del croata Stipe Mesic como presidente de la jefatura del Estado colectiva y sumió al agonizante Estado federal de Yugoslavia en una crisis constitucional y política que ayer se consideraba terminal. En diversos puntos del país se reprodujeron los choques armados entre serbios y la policía croata. "Yugoslavia no existe. Serbia se considera propietaria de este país" manifestó el presidente esloveno, Milan Kucan. Mesic, por su parte, advirtió que la federación quedaría rota inmediatamente si no se reconsideraba el voto en contra de su nombramiento.
Las presiones occidentales sobre Serbia para que aceptara el cauce constitucional de la rotación no tuvieron efecto alguno y dejan al Ejército yugoslavo sin mando civil. El mando militar estuvo representado en la reunión por Blagoie Adzic, considerado el hombre duro, y partidario, desde hace varios meses, de una intervención militar para derribar al Gobierno electo de Croacia. Adzic ha llegado a calificar a Mesic de "fascista", apoyando así a los sectores comunistas serbios que llamaron a impedir a toda costa que Mesic -el sepulturero de Yugoslavia- accediera a la presidencia.

Rotación abortada
Serbia abortó la rotación constitucional implantada en la jefatura de la presidencia colectiva desde la muerte de Tito al evitar con el voto propio y los de sus provincias, políticamente sometidas, de Kosovo y Vojvodina, y la abstención de su aliado Montenegro, que Mesic, representante de Croacia, asumiera la jefatura colectiva del Estado.
En una reunión de urgencia convocada tras la votación, los miembros de la presidencia colectiva y presidentes de las repúblicas y provincias, que hoy volverán a encontrarse, no consiguieron desbloquear la situación. Los representantes de Croacia y Eslovenia abandonaron la reunión. El mandato de Jovic vencía en la medianoche de ayer.
Sin embargo, no parece posible una solución de compromiso, barajada por algunos medios, que sería el nombramiento de Vasil Tupurkovski, representante de Macedonia, como presidente interino. Según supo ayer EL PAÍS, Tupurkovski se ha negado rotundamente a legitimar así el bloqueo serbio a la elección de Mesic y teme lo peor, según sus interlocutores.
Entretanto, los conflictos nacionalistas se agudizaron con el ataque armado de más de 40 serbios a una comisaría croata, cerca de Osijek, explosiones de bombas en diversas localidades de las regiones croatas de mayoría serbia y la huida de 1.500 mujeres y niños serbios a través del Danubio para escapar del "terror croata".
Varios miles de extremistas serbios pidieron la ejecución del "fascista Mesic", "armas para matar ustachas [fascistas croatas]" y la anexión de toda Bosnia-Herzegovina y amplias regiones de Croacia.
"Las únicas soluciones ya son un golpe militar, el estado de excepción o la declaración oficial de la desintegración de Yugoslavia", señalaba ayer Radio Belgrado horas después de saberse el resultado de la votación.
El candidato frustrado a la presidencia, Mesic, había advertido el martes que el bloqueo a su acceso a la presidencia tendría como consecuencia la secesión inmediata de Croacia. Mesic confirmó ayer esta decisión del Gobierno que representa.
En Belgrado y Zagreb se esperaba ayer una reacción del Gobierno croata, que "no podrá ya permanecer callado" ante la violación de uno de los pocos acuerdos tácitos existentes aún entre las repúblicas yugoslavas, como era la rotación en la presidencia.

Las fuerzas de élite de la policía croata están ya desplegadas en las cercanías de los pueblos serbios insurrectos en su territorio. Tras el resultado de la votación de ayer es seguro que se disparará la presión sobre el presidente croata, Franjo Tudjman, para que dé la orden de actuar contra los comandos serbios armados que atentan a diario contra sus instalaciones y la población croata. Zagreb es también consciente de que un intento de liquidar los focos rebeldes serbios sin el apoyo del Ejército podría suponer la guerra.

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