Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Osijek
El País Martes,
06.08.91
El fracaso de la mediación de la Comunidad Europea fue
recibido en toda Yugoslavia como la última prueba de que se aproxima una guerra
entre serbios y croatas que anoche se extendió con fuertes combates y nuevas
víctimas por Croacia occidental, en el norte de Dalmacia. Paralelamente,
Borislav Jovic, representante de Serbia en la presidencia federal, declaraba en
televisión que nadie puede hablar en nombre de los serbios en Croacia, en clara
alusión a que no acepta la presencia de observadores de la Comunidad Europea.
Los dirigentes políticos de las diversas repúblicas
intentaban ayer, a la desesperada, convencer a la población y a sí mismos de
que la paz aún es posible y de que se puede llegar a un acuerdo sobre el alto
el fuego. El presidente croata, Franjo Tudjman, que todavía no cree inmediata
"una guerra generalizada", se reunió en Zagreb con los representantes
en la presidencia colectiva de Macedonia, Vasil Tupurkovski, y de
Bosnia-Herzegovina, Bogicevie, para lograr una fórmula aceptable sobre la
vigilancia del alto el fuego. Según la propuesta incluida en el comunicado
emitido al final de la reunión, la comisión de vigilancia solo acudiría a las
regiones conflictivas croatas con la aprobación de las autoridades de Zagreb y
la presencia de sus representantes. Además excluye al representante de
Montenegro, Branko Kostic, de formar parte de las delegaciones, por los lazos
que le unen a Serbia.
Las autoridades serbias bajo Slobodan Milosevic, que con su
rechazo al plan de pacificación propuesto por la troika durante el
fin de semana hicieron fracasar este nuevo intento de la CE de poner fin al
derramamiento de sangre, no hicieron ayer propuesta alguna. Insisten en que la
comisión de vigilancia del alto el fuego debe estar compuesta y funcionar según
lo acordado por la presidencia colectiva yugoslava, dominada por Belgrado.
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