Por HERMANN TERTSCH
El País, Santander,
26.07.91
La subestimación de la crisis yugoslava por la comunidad
internacional puede provocar la extensión de los conflictos hasta una
balcanización global de Europa central y la URSS, advirtió ayer en Santander
Adam Michnik, dirigente histórico de la oposición al régimen comunista polaco,
historiador y periodista.
Michnik y Gabor Demsky, el alcalde de Budapest, también
largamente perseguido por el anterior régimen, coincidieron en que el
nacionalismo y la xenofobia han llevado a toda la región de Europa central y
oriental a una situación explosiva en la que Yugoslavia podría actuar como
detonante.
"Yugoslavia es la advertencia de lo que puede pasar en
toda la Europa poscomunista", manifestó Michnik en una intervención
cargada de preocupación por la evolución política en toda Europa. Según dijo,
hace pocos años la comunidad internacional tuvo la oportunidad, malograda, de
prevenir la crisis yugoslava que "hoy ya no parece posible resolver sin
sangre".
El historiador polaco señaló que la crisis yugoslava
demuestra una profunda división asimismo en Europa occidental, donde "los
cambios de acento de la política alemana suponen un cambio cualitativo" de
gran importancia. Alemania se ha convertido en defensora de la secesión de
Croacia y Eslovenia frente a las tesis unitaristas del Reino Unido y Francia.
Según Michnik, esta nueva postura alemana no supone el fin
del orden de Yalta sino del orden de los acuerdos de Helsinki, y dejó entrever
que este giro hace renacer el fantasma de posibles reclamaciones territoriales
de Alemania frente a Polonia. Ante el fracaso de las gestiones comunitarias,
Michnik propuso una mediación de Polonia, Checoslovaquia y Hungría en
Yugoslavia, cuya crisis, según dijo entienden los europeos orientales
"mejor que el ministro de asuntos exteriores de Luxemburgo".
Michnik enumeró los conflictos que surgen con la crisis
yugoslava, como las reclamaciones albanesas sobre territorios de Kosovo y
Macedonia; el caso macedonio, que implica a Bulgaria y Grecia, y otros puntos
conflictivos, como el de Moravia con Rumanía, Transilvania entre Rumanía y
Hungría, toda la URSS y el caso de la minoría alemana en Silesia. "Después
de la Europa de Yalta puede venir la de Sarajevo", dijo en referencia a la
capital de Bosnia-Herzegovina, donde comenzó la I Guerra Mundial.
Michnik, que el miércoles se mostró muy crítico hacia el
presidente de su país, Lech Walesa, concluyó ayer su intervención en el curso
sobre Europa central, organizado por la Asociación de Periodistas Europeos en la
Universidad Internacional Menéndez Pelayo, con un apasionado llamamiento a toda
la comunidad internacional a buscar nuevas fórmulas, que hagan compatible el realismo
con los derechos de autodeterminación y de minorías, para impedir una catástrofe
de enormes dimensiones en toda Europa central y oriental, incluida la URSS.
"No es de extrañar la firmeza de la postura soviética en relación con
Yugoslavia. En Ucrania viven 10 millones de rusos. Si se traslada allí esta
crisis, el conflicto entre serbios y croatas parecerá un paseo".
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