Por HERMANN TERTSCH
El País, Belgrado,
17.05.91
"No tiene fundamento alguno el rumor de que se va a
imponer una congelación de todos los ahorros en divisas y dinares",
asegura el vicegobernador del Banco Nacional de Yugoslavia, Branko Dragas. Su
declaración no ha hecho sino intensificar los infructuosos intentos de los
yugoslavos de toda etnia de sacar sus ahorros de los bancos. Las cuentas están
de hecho congeladas en su mayoría. La compra de divisas es prácticamente
imposible. Los bancos no ejercen ya las órdenes de pago de sus clientes.
Yugoslavos que han dado hace meses órdenes de transferencia de sus cuentas en
divisas para pagos de compras en el extranjero reciben reclamaciones de los
vendedores. Los comerciantes que aceptaron tarjetas de crédito en regla se las
ven y desean para cobrar. Los diplomáticos extranjeros en Belgrado intentan
desde hace semanas sin éxito el acceso a sus cuentas corrientes. Son numerosas
las empresas que no pagan a sus clientes desde hace meses. Otras pagan parte de
los sueldos con bonos para un supermercado. Los jubilados no reciben más que
una fracción de su misérrima pensión. Una cuarta parte de los yugoslavos vive
por debajo del nivel de pobreza. Varias repúblicas han dejado de pagar sus
contribuciones a la reserva federal. Serbia ha prohibido toda transferencia a
las rebeldes Croacia y Eslovenia.
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