Por HERMANN TERTSCH
El País, Zagreb,
04.08.91
GUERRA EN LOS BALCANES
"Hay muchas razones para el pesimismo, pero hay que
mantener la esperanza". Con estas palabras revelaba el comisario español
de la Comunidad Europea Abel Matutes su estado de ánimo tras la primera ronda de
negociaciones que, acompañando a la troika, mantuvo el viernes en
Zagreb con el presidente croata, Franjo Tudjman.
Matutes manifestó a EL PAÍS en Zagreb que la CE proseguirá
sus esfuerzos por pacificar Yugoslavia mientras exista esta esperanza y que lo
principal es "imponer ahora el alto el fuego y acabar con esta continua pérdida
de vidas".
El comisario español considera que "la aprobación de
las patrullas conjuntas por todas las partes implicadas será la prueba de la
voluntad negociadora de éstas". Reconoció que "desgraciadamente todo
indica que existen fuerzas que están fuera de control y actúan ya con una
dinámica propia".
Según Matutes, Zagreb ha mostrado su disposición al alto el
fuego y al respeto de los acuerdos de Brioni, y expresó su esperanza de
comprobar otro tanto en Serbia, donde habrá de entrevistarse con el presidente
Slobodan Milosevic y el Gobierno federal. "La máxima prioridad es acabar
con el derramamiento de sangre. Todo lo demás deberá ser negociado
después", indicó Matutes, para quien, en todo caso, la federación de
Yugoslavia existente antes del conflicto surgido con la declaración de
independencia de Croacia y Eslovenia ha dejado de existir. "Nadie puede pensar
ya que después de esto las aguas volverán a sus antiguos cauces. La situación
es nueva".
Patrullas mixtas
Las patrullas mixtas entre Ejército Federal y policía
croata, con la asistencia de observadores de la Comunidad Europea para vigilar
el alto el fuego, son una pieza clave en este nuevo intento de poner fin a la
violencia en Croacia.
Ayer, los tres ministros de Exteriores y Matutes se
entrevistaron en Liubliana con las autoridades eslovenas y siguieron viaje
hacia Belgrado, donde hoy concluirá su misión.
Matutes subrayó el desastre económico en que ha sumido la
guerra al país balcánico. "El producto nacional de Yugoslavia había caído
ya un 12% en 1990; en el primer semestre de este año ha vuelto a caer, más de
un 20%, en el conjunto del país, y aún más en Croacia, y en el segundo semestre
puede hundirse hasta un 35% o más".
Matutes señaló que Yugoslavia amenaza con invertir el
proceso de integración del continente europeo y que, de no lograrse una
solución negociada, pronto podrían plantearse crisis en Checoslovaquia, en la
Transilvania rumana, en Polonia o en Bulgaria.
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