martes, 28 de marzo de 2017

LA “CAZA DE BRUJAS” CONTRA EX COMUNISTAS AMENAZA EL CONSENSO CHECOSLOVACO

Por HERMANN TERTSCH
El País,  Praga, 06.06.91

La fuerte polémica en Checoslovaquia sobre la publicación de las listas de colaboradores con la antigua policía política comunista (STB) amenaza con romper el amplio consenso popular respecto a la política de reformas hacia la economía de mercado y reconstrucción del Estado de derecho. La caza de brujas que algunas fuerzas pretenden lanzar contra todos aquellos que de algún modo se vieron vinculados al antiguo régimen ya ha desviado gran parte de la atención a los problemas del proceso de reformas.
Según las últimas estimaciones, el STB contaba con 50.000 agentes y más de 100.000 informadores. Según una comisión parlamentaria, al menos 14 miembros del Gobierno, 19 diputados y 58 altos funcionarios de la Presidencia del Gobierno y del Parlamento son antiguos colaboradores del STB. Ha quedado probado que, aun durante la revolución de terciopelo de noviembre de 1989, la policía política lanzó la llamada Operación Cuña, con la que logró infiltrarse en prácticamente todos los partidos de la oposición. Los intentos de neutralizar a estos agentes y los resentimientos anticomunistas de gran parte de la población amenazan, sin embargo, con tener un grave efecto sobre la sociedad checoslovaca. Muchas de las personas que aparecen como colaboradoras de la STB lo fueron hace décadas, por temor o chantaje.
La publicación de estos nombres truncaría miles de carreras y el futuro de personas sin mayor culpa que la de no haber sido un héroe de la resistencia en este país, en el que hasta noviembre de 1989 tan sólo una minoría de intelectuales, con Vaclav Havel a la cabeza, osó desafiar al régimen.

Intervención de Havel
Aunque la pasada semana el Parlamento derrotó por una escasa mayoría una propuesta para la publicación de todas las listas de colaboradores del STB, los partidarios de una "plena depuración" persisten en su actitud. Ni siquiera la intervención personal de Havel y del Gobierno de Marian Calfa en contra de la publicación de las listas ha logrado reducir la presión en este sentido. La comisión parlamentaria quiere dar la oportunidad a todos los implicados que desempeñan cargos de responsabilidad política de retirarse en el anonimato, y sólo hará públicos los nombres de aquellos que desean seguir en el cargo y justificarse. El caso del diputado democristiano checo Frantisek Michalek es paradigmático. Trabajó bajo el nombre clave de Pavel para el STB desde 1964 hasta 1969. Según explicó ante el Parlamento, tras pasar desde 1952 en prisión 12 de los 20 años a que fue condenado por un tribunal político, fue liberado bajo amenaza de que volvería a prisión si no colaboraba.

La purga puede privar al país de cuadros técnicos e intelectuales absolutamente necesarios para la difícil transición. Diplomáticos occidentales lamentan ya que el exceso de celo en la depuración de funcionarios comunistas esté llevando a la sustitución de personas que, más oportunistas que adictas al régimen comunista, son "lo suficientemente capaces y expertas como para que se les permita ser oportunistas de nuevo, ahora en beneficio de la democracia". La promoción de personas sin otra cualificación que la del "anticomunista" amenaza con emular la selección negativa propia del régimen extinto.

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