Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Zagreb
El País Lunes,
01.07.91
LA DESINTEGRACIÓN YUGOSLAVA
Stipe Mesic, el representante croata en la presidencia
colectiva yugoslava a quien el boicoteo serbio impidió asumir su turno en el
mando de la misma, fue elegido anoche presidente, poniendo fin a un bloqueo que
duraba desde el 16 de mayo. La elección de Mesic era una de las condiciones que
la CE había puesto para solucionar la crisis del país balcánico. Mientras, el
alto mando del Ejército federal yugoslavo esperaba conocer esta madrugada de
boca del primer ministro, Ante Markovic, los términos del acuerdo alcanzado por
éste en Eslovenia antes de comenzar su retirada de dicha república
secesionista.
El desbloqueo en la elección de Mesic como presidente por 12
meses era uno de los objetivos de la misión de la troika comunitaria
(formada por los ministros de Exteriores de Luxemburgo, Holanda e Italia), que
ayer regresó a Belgrado y formaba parte de la propuesta que ésta había hecho el
pasado viernes. Dicha propuesta, aceptada ayer por Eslovenia, incluía la
elección del representante croata a cambio de que aquella república suspendiese
por tres meses su declaración de independencia. "Hemos evitado la libanización
de Yugoslava", dijo el primer ministro yugoslavo, Ante Markovic, tras
lograr un principio de acuerdo con las autoridades eslovenas para la retirada
de tropas.
Markovic regresó a Belgrado directamente de la capital de
Eslovenia para informar a la cúpula del Ejército federal y a otros responsables
de su Gobierno de los términos del acuerdo para la pacificación que había
alcanzado horas antes en Liubliana. La reunión estaba prevista para las tres o
las cuatro de la madrugada de hoy, hora peninsular española.
Los temores a una nueva escalada de enfrentamientos no
llegaron a materializarse ayer, primera jornada desde el jueves en que no se
produjeron combates, al menos hasta última hora de la tarde.
Los preparativos para una guerra generalizada continuaban anoche,
sin embargo, y la gran incógnita reside en el grado de control que aún ejerce
Ante Markovic sobre el Ejército federal.
La Comunidad Europea, las repúblicas yugoslavas, el Gobierno
federal y la Conferencia para la Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE)
desplegaron ayer nuevamente una frenética actividad para buscar una mínima base
de diálogo y evitar la guerra entre los pueblos yugoslavos.
El mando militar anunció ayer una movilización parcial en
Serbia y Montenegro, las dos únicas repúblicas yugoslavas cuyos reclutas aún
tienen la confianza del Estado Mayor. Stipe Mesic, horas antes de ser elegido
presidente, emitió una orden en calidad de jefe del Estado y comandante supremo
militar en la que dicta al Ejército que regrese de inmediato a los cuarteles y
anula la movilización anunciada por el Estado Mayor. Su orden no parecía en
principio tener posibilidad alguna de ser obedecida.
Protección civil croata
Croacia decretó ayer la creación de un órgano de protección
civil y advirtió que no tolerará más que su territorio sea base para una
agresión a la república vecina del Norte.
Reiteró también que ordenará a sus Fuerzas Armadas atacar al
Ejército federal si éste no se retira de inmediato a sus cuarteles. En Croacia
han comenzado a presentarse voluntarios para luchar junto con los eslovenos en
contra del Ejército federal.
El Ejército federal continuó ayer su despliegue por Croacia
y por primera vez se pudieron ver ayer en la región de Eslavonia piezas de
artillería pesada. En intensos y numerosos tiroteos en toda la región de
Eslavonia durante la noche anterior se registraron varios heridos, entre ellos
policías croatas.
Croacia reiteró ayer que los pasos ya dados por su
Parlamento no son revocables y que sólo negociará una posible pausa en su
aplicación, similar a la que por la noche aceptó Eslovenia por un plazo de tres
meses, a cambio del nombramiento de Mesic y la retirada del Ejército federal a
sus cuarteles. Croacia anunció además la suspensión de todo pago a las arcas
federales, así como el fin del reclutamiento de croatas para el Ejército
federal, dos medidas que afectan gravemente al Gobierno de Belgrado y el mando
militar.
Serbia se negará rotundamente a que el Ejército se vea
obligado a volver a sus cuarteles, ya que esta medida afectaría también a las
fuerzas militares desplegadas en las regiones de Croacia con población mixta.
Belgrado asegura que estas fuerzas protegen a los serbios de los "intentos
genocidas" de la policía croata, mientras Zagreb denuncia la protección
que, según dice, otorga el Ejército a las bandas radicales serbias.
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