Por HERMANN TERTSCH
El País, Belgrado,
24.05.91
Milovan Djilas, el que fuera lugarteniente de Tito y después
el más célebre disidente yugoslavo, está convencido de que la OTAN tendría que
intervenir en Yugoslavia en caso de estallar una guerra civil que, según él,
sería una lucha de gran barbarie, jalonada de matanzas.
Según Djilas, la guerra podría comenzar con una declaración
unilateral de independencia de Croacia, como ha sido anunciada por el
presidente croata, Franjo Tudjman, para el caso de que las repúblicas no
lleguen a un acuerdo para crear una confederación yugoslava.
"La desintegración pacífica no es posible", dice
Djilas en unas declaraciones a las que ha tenido acceso EL PAÍS. No obstante,
piensa que, pese a darse las condiciones internas para la guerra civil, ésta no
se producirá, tanto por la presión exterior conjunta del Este y el Oeste como
"porque ninguna de las dos partes es lo suficientemente fuerte. Existe cierto
equilibrio entre serbios y croatas. Los croatas se están preparando para la
guerra, pero no creo que estalle".
Djilas acusa a los Gobiernos de Serbia y Croacia de proteger
a grupos radicales nacionalistas con claras tendencias fascistas que buscan la
guerra civil. También advierte que "cualquier intervención del Ejército en
relación con esta u otra etnia supondría el final del Ejército y el comienzo de
la guerra civil".
Djilas, montenegrino, acusa a la dirección serbia de
bloquear en contra de la voluntad de la mayoría de los yugoslavos el
acercamiento a Europa, ya que ésta frustraría sus proyectos de crear una gran
Serbia.
El autor de los libros La nueva clase y Conversaciones con Stalin, que conmocionaron al mundo comunista, no cree en un golpe de
Estado. "El Ejército no quiere y no es lo suficientemente fuerte para
asumir el poder".
Escenario bélico
El escenario bélico que esboza Djilas acabaría afectando a
los Estados vecinos de Yugoslavia. Su hipótesis parte de un primer
enfrentamiento armado entre Croacia y Serbia. Después la guerra se extendería a
Bosnia-Herzegovina. En esta república estallaría una "guerra nacional
religiosa" entre las tres etnias y religiones, los croatas católicos, los
serbios ortodoxos y los bosniacos musulmanes, que sería de inmensa crueldad. En
la provincia serbia de Kosovo, los casi dos millones de albaneses se
levantarían contra Serbia y serían apoyados por Albania, según Djilas.
Ayer, Djilas explicaba este escenario en un artículo en el
diario Politika y advertía que la guerra no tendría otros culpables que nosotros.
Otros, por interés propio, no permitirían aquí una carnicería humana. Europa
está lo bastante unida para que sea imposible que algo de este calibre suceda
de forma asilada. Por ello, señala Djilas, "la intervención de la OTAN no
sólo sería posible, sino probable".
El que fuera un duro y dogmático líder partisano, que
después pasó a ser de los más lúcidos críticos del sistema comunista y el
miércoles con voz cansada se calificaba de "algo así como socialdemócrata
liberal", dice que el Ejército yugoslavo ofrecería resistencia a la
intervención extranjera, pero se pregunta "qué quedaría de ese Ejército que no
supo impedir una guerra en su propio país".
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