Por HERMANN TERTSCH
El País, Tirana,
05.04.91
El Partido Democrático (PD) logró ayer paralizar las grandes
ciudades de Albania con su llamamiento a la huelga general, en protesta por la
muerte el martes de tres de sus seguidores en la ciudad de Shkodra. Las grandes
fábricas de las principales ciudades del país pararon, aunque los trabajadores
de algunos sectores, como el minero, se plegaron a las masivas amenazas de
despido de su dirección y acudieron al puesto de trabajo. El PD demostró ayer
que el Partido Comunista ya no puede gobernar el país por sí sólo, como
pretende tras su victoria electoral del domingo. La resistencia a la
restauración del monopolio de poder es demasiado grande en toda la Albania
urbana.
La ciudad de Shkodra se mantenía ayer liberada, bajo
la vigilancia de patrullas armadas de la población. Desde la mañana del martes,
en que se retiraron las fuerzas especiales que habían dado muerte a tres
personas y herido a medio centenar, la policía no se atreve a entrar en la
ciudad. El jefe local del Partido del Trabajo salvó su vida al huir en
helicóptero a Tirana cuando la masa estaba a punto de lincharlo, poco después
de que se conociera el fallecimiento de otro de los manifestantes heridos el
pasado martes. También en Tirana falleció ayer un herido en un enfrentamiento
con la policía registrado en días precedentes. Algunas ciudades como Kavaya
siguen totalmente paralizadas desde el lunes y amenazan con marchar sobre
Tirana para expresar su malestar por lo que consideran un fraude electoral del
aparato comunista.
La oposición albanesa recibió con entusiasmo el dictamen del
Departamento de Estado norteamericano, que habla de graves irregularidades en
las elecciones y que discrepa de los cómodos juicios positivos sobre la
corrección de los comicios emitidos por observadores de otros países que habían
pasado más tiempo en el hotel de lujo de Tirana que en los colegios electorales
en el campo, donde votaban las masas campesinas y podía comprobarse el grado de
coacción y desinformación de este electorado.
El líder del Partido Democrático, Gramoz Pashko, denunció
ayer nuevos pasos en la estrategia de terror" del aparato comunista
contra su partido. "Evitaremos todas las provocaciones, pero ellos continuarán
con sus acciones", dijo. "Primero fue Shkodra, con tres muertos,
después vuelan nuestra sede en Elbasán, dinamitan la entrada de la casa de un
miembro nuestro en Seranda y mañana será otro el objetivo". En fábricas
como la Tractorkombinat de Tirana, paró en torno al 80% de la plantilla. Los
obreros expresaban ayer el profundo pesimismo y la desesperación que ha cundido
en el medio urbano albanés, tras la victoria electoral del Partido del Trabajo
gracias al voto campesino.
Dispuestos a huir
"La mayoría de los trabajadores ya piensan como los
estudiantes. No podemos seguir viviendo así, estamos dispuestos a huir a
cualquier país. Algún día los comunistas caerán, pero nosotros ya hemos
esperado demasiado", decía ayer Aldrín, un ingeniero de Tractorkombinat.
"Los estudiantes de la facultad de medicina solo piensan ya en salir de
este país como sea", señaló Maltin Repishti, líder estudiantil.
Rumores sobre la llegada de dos barcos, uno italiano y uno
norteamericano al puerto de Durres estaban ayer en boca de todos en Tirana y
hacían temer nuevos disturbios en esa localidad, declarada zona militar y
protegida por carros de combate. La oposición sospecha que el aparato comunista
pone en circulación estos rumores para provocar una nueva situación crítica en el
puerto, en el que ya han muerto varias personas en desesperados intentos de
huir del país en buques allí anclados.
El presidente del Partido Democrático, Sali Berisha y su
adjunto, Gramoz Pashko, calificaron de gran éxito la huelga general que, según
ellos, se había extendido a lo largo del día a todos los sectores. "Les
hemos demostrado [a la dirección comunista] que pueden controlar este
Parlamento, pero que nosotros controlamos el país", manifestó
Pashko. Berisha confirmó que no existe contacto alguno entre la oposición y el
poder desde que se entrevistó el martes con el presidente, Ramiz Alia.
Ayer continuó la ofensiva del aparato comunista y la policía
política, la Sigurimi, contra el Partido Democrático, con atentados y amenazas
de bombas contra los domicilios de dirigentes del PD.
En Zeranda, una bomba estalló en la puerta de la casa de un
líder local del PD y Gramoz Pashko recibió nuevas llamadas en las que se le
avisaba de que su casa sería volada horas más tarde.
"Llamé al ministro del Interior para decirle que
pusiera fin a estas amenazas contra mí y mi familia. Me dijeron que no sabían
quién podía ser, ya que la policía no controla los teléfonos", manifestó
con amplia sonrisa el líder de la oposición a este periódico.
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