Por HERMANN TERTSCH
El País, Belgrado,
20.03.91
El Estado Mayor del Ejército yugoslavo rompió ayer su
silencio para advertir que, si bien "no interferirá el diálogo político
sobre el futuro del país, no tolerará, bajo ninguna circunstancia, conflictos
interétnicos y la guerra civil, modificación de fronteras o el uso de la fuerza
por parte de ningún implicado en los enfrentamientos entre etnias, repúblicas y
partidos". El comunicado sugiere que el mando militar decidirá por sí
mismo, a partir de ahora, cuándo se da o no el caso que requiere su
intervención, y no esperará una decisión de la presidencia colectiva
constitucionalmente al frente del jefe de las Fuerzas Armadas.
La publicación en este momento del comunicado parece indicar
que el mando no planea una intervención inmediata a no ser por el estallido
imprevisible de algún conflicto étnico. La oposición anunció ayer que la
manifestación prevista para hoy en Belgrado se pospone al día 21, cuando se
cumple medio siglo del levantamiento contra la invasión nazi alemana. "Si
entonces los serbios se levantaron contra el fascismo, el despotismo y el
chantaje del exterior, el día 27 nos levantaremos contra el bolchevismo, el
despotismo y la tiranía que emanan del centro mismo de Serbia" dijo ayer el
líder de la oposición, Vuk Draskovic, en referencia al presidente de Serbia,
Slobodan Milosevic.
El poder político yugoslavo, en la medida en que aún existe,
con la presidencia colectiva bloqueada y sin contacto directo con el Ejército,
se ve ahora abocado a buscar algún acuerdo bajo la espada de Damocles de la
intervención militar. Ya era así de hecho, pero ayer el Estado Mayor lo
advirtió oficialmente.
Con las declaraciones de independencia del territorio croata
de Krajina y la ciudad de Knin, explosiones de bombas en las mismas, anuncios
de secesión de Eslovenia y Croacia, supuestos atentados albaneses en Kosovo y
la creciente posibilidad de choques entre adversarios y partidarios del presidente
serbio, Slobodan Milosevic, en Serbia ya se cumplen las condiciones que el
Ejército considera que harían necesaria una intervención.
Por primera vez se refiere también el Ejército al
"conflicto entre partidos", por lo que se declara dispuesto a intervenir
en eventuales situaciones futuras similares a los incidentes habidos en
Belgrado el 9 de mayo cuando, por primera vez desde la II Guerra Mundial, los
tanques ocuparon las calles de la capital serbia y yugoslava.
El Ejército dejó ayer claro que no se considera afectado por
la crisis institucional provocada por la operación dirigida por Milosevic para
bloquear la presidencia colectiva y que está decidido a cumplir con sus tareas
constitucionales.
Respeto a la Constitución
El mando militar informa de que asegurará de "forma
fiable las fronteras de toda amenaza y no tolerará que éstas sean modificadas
hasta que se haya logrado y aplicado algún compromiso posible y siempre
respetuoso con la Constitución".
El Estado Mayor insiste en la necesidad de aplicar las
medidas de emergencia que exigió de la presidencia colectiva yugoslava y que,
al ser rechazadas, provocaron la dimisión de los representantes de Serbia,
Montenegro y la provincia serbia de Vojvodina y el posterior y jurídicamente
muy controvertido cese del representante de Kosovo que se había opuesto a las
demandas del mando militar.
El Estado Mayor llega a decir que, dada la negativa de la
presidencia a aceptar las propuestas medidas de emergencia, "se lava las
manos" si se produce un "mayor rearme ilegal de ciudadanos y
organizaciones militares de todo tipo".
Tras la última reunión de la presidencia colectiva, que
reiteró el rechazo a medidas de emergencia, Milosevic anunció que esta
república ignorará las decisiones del máximo órgano constitucional.
También reveló haber ordenado la movilización de sus fuerzas
territoriales, como ya había hecho Croacia, y la creación de nuevos órganos
armados en la república serbia.
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