Por HERMANN TERTSCH
El País, Belgrado,
24.01.90
CONVULSIÓN EN EL ESTE
La Liga de los Comunistas Yugoslavos (LCY), el partido del
legendario mariscal Josip Broz Tito, que ha ostentado el poder desde que liberó
al país de la ocupación nacionalsocialista alemana en 1943, se hundió en la
madrugada de ayer en la división y el enfrentamiento irreconciliable entre los
comunistas de las diversas repúblicas de este Estado plurinacional. El primer
partido comunista del mundo en emanciparse de la ortodoxia de Moscú y luchar
por una tercera vía de reformas socialistas ha quedado prácticamente roto tras
la suspensión de su 14º congreso, en Belgrado, a causa de la abierta lucha
entre los delegados de Serbia y Eslovenia.
Debido a la sistemática derrota de sus propuestas de
reformas liberalizadoras, Eslovenia abandonó el congreso poco antes de la
medianoche del lunes. Antes, el congreso había votado acabar con la supremacía
del partido comunista, y de los 1.600 delegados, únicamente 27 lo hicieron en
contra. El Comité Central de la Liga de Comunistas Eslovenos ratificó ayer la
decisión de sus delegados de abandonar el congreso. El debate sobre el
pluralismo político y la autonomía de las organizaciones del partido en las
diferentes repúblicas, agudizado con los cambios radicales en países
socialistas vecinos y con la llegada al poder en Serbia del nacionalista y
centralista Slobodan Milosevic, llevó ayer a Yugoslavia a un final traumático del
monopartidismo.
Eslovenia había solicitado la abolición de todos los
artículos que persiguen la disidencia política, la liberación de los presos
políticos y, ante todo, la creación de una "Liga de Ligas
Comunistas", que daría mayor soberanía a los partidos en las diversas
repúblicas. También solicitaba el fin del centralismo democrático y el pleno
pluralismo político.
Rechazo de propuestas
Todas sus propuestas fueron derrotadas por la mayoría de la
alianza conseguida por el presidente de la República de Serbia, Slobodan
Milosevic, con los delegados afines de las dos provincias subordinadas a Serbia
y las repúblicas de Montenegro, Macedonia y Bosnia-Herzegovina. Ciri Ribicic,
jefe del partido esloveno, manifestó que, después de ser derrotadas todas las
enmiendas de su delegación, la declaración propuesta no reunía las mínimas
condiciones requeridas por los partidos reformistas de izquierda de otros
países socialistas.
"La razón básica de abandonar el congreso ha sido que
ninguna de nuestras propuestas ha sido aceptada. No nos sentimos tratados como
iguales y queríamos dejarlo claro", manifestó Joze Smole, presidente de la
Alianza Socialista de Eslovenia. Los delegados serbios acusaron a los eslovenos
de acabar con la unidad del partido movidos por consideraciones electoralistas
ante los comicios en esta República el 8 de abril próximo.
Los intentos de Serbia de proseguir con los debates del
congreso quedaron frustrados en la madrugada de ayer con la amenaza de Croacia
de secundar a los eslovenos de no admitirse que, con el abandono de una
delegación, el congreso ya no tenía el carácter de "yugoslavo" y
carecía de legitimidad para decidir en nombre de la LCY.
Después de tres días de intercambio de acusaciones y ataques
entre las delegaciones de los comunistas de las diversas repúblicas, Eslovenia
abandonó a última hora de la noche del domingo el Centro de Congresos Sava, en
Belgrado, y provocó así, horas más tarde, la suspensión de este congreso.
Pese a las intenciones de reanudarlo en el futuro,
expresadas por delegados de las demás repúblicas, el 14º Congreso de la LCY
tiene visos de haber sido el último. Surgido de una lucha heroica contra la
ocupación alemana, se rompió por su incapacidad para superar los obstáculos con
que se enfrenta este Estado plurinacional, aquejado por fiebres nacionalistas y
graves divergencias de desarrollo e ideología.
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