Por HERMANN TERTSCH
El País, Belgrado,
24.01.90
CONVULSIÓN EN EL ESTE
"Yugoslavia funcionará con o sin la Liga de los
Comunistas". Esta declaración fue hecha por el primer ministro, Ante
Markovic, poco después de la suspensión del 14º Congreso de la Liga de los
Comunistas Yugoslavos. Markovic apoyó así a su viceprimer ministro, Zivko
Pregl, que había calificado de "irrelevantes" las decisiones y la
suerte de un partido cuya influencia sobre la población y el destino del país
es cada vez menor. Por primera vez en la historia de la Yugoslavia de posguerra,
el Gobierno no sólo no mendiga el apoyo del partido comunista, sino que se
muestra pleno de confianza en sí mismo y casi compasivo con una Liga de
Comunistas en plena disolución.
Markovic ha impuesto la convertibilidad del dinar, ha
frenado la inflación y ha mejorado el ambiente social. Observadores extranjeros
le alaban por su decisión y claridad de ideas para aplicar su programa de
reconstrucción económica.
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