Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Bucarest
El País Jueves,
01.02.90
UNA NUEVA EUROPA
El Frente de Salvación Nacional (FSN) y los tres partidos
históricos rumanos se reunirán hoy en Bucarest en un intento de poner fin a la
escalada de enfrentamientos que puso el pasado lunes al país al borde de la
guerra civil. Ayer se produjo un nuevo y significativo abandono de las filas
del FSN con la dimisión de la poetisa Ana Blandiana, la gran eminencia de la
lírica rumana contemporánea. Blandiana dijo que seguirá luchando por la
libertad de los rumanos, pero se considera incompatible con "la agresión,
la intolerancia, el odio y la lucha por el poder".
Mientras, salen a la luz nuevos datos sobre la masiva
intervención del antiguo aparato comunista y estatal para la organización de la
contramanifestación del lunes favorable al FSN. Trenes especiales, camiones del
Ejército y presiones masivas de los dirigentes en fábricas y empresas
movilizaron a favor del FSN a los que no acudieron a la manifestación por
cuenta propia. Los estudiantes y las fuerzas políticas, que temen un
continuismo comunista bajo la troika formada por el presidente, Ion Iliescu; el hombre fuerte del régimen, Silviu Brucan, y el primer
ministro, Petre Roman, comenzaron ayer a estructurar una ofensiva para
garantizar al menos el acceso de las fuerzas políticas a la televisión, el gran
instrumento y símbolo de la revolución contra el dictador Nicolae Ceaucescu.
La Liga de Estudiantes de Bucarest comenzó una colecta de
firmas para destituir al actual director, Aurel Dragos Munteanu, hasta hace dos
días portavoz del FSN. Munteanu dimitió de este último cargo para mantener el
de director de televisión y, según los estudiantes y partidos de la oposición,
es el principal responsable de la parcialidad creciente de este medio a favor
del FSN.
En decenas de puntos de la capital, grupos de ciudadanos
discutían ayer acaloradamente sobre la televisión, la oposición y el FSN. Han
alimentado esta discusión las noticias de que tanto la televisión como la radio
en Bucarest se habían negado a emitir diversos comunicados, entre ellos uno de
la facultad de Arquitectura, denunciando actos de violencia contra críticos del
FSN.
Asalto a la facultad
La facultad de Arquitectura fue asaltada el pasado lunes por
un grupo de 40 partidarios del FSN. Armados con botellas y palos, obligaron a
los estudiantes y profesores a retirar una fotografía que mostraba a Iliescu
con Ceaucescu en 1976, cuando el actual presidente manifestó oficialmente haber
roto con el dictador un año antes.
Ayer, representantes de todas las facultades y de la
universidad Politécnica se reunieron en un aula de la facultad de Arquitectura
para discutir la campaña contra la actual dirección de la televisión y
"encontrar fórmulas para lograr, como hicieron en Checoslovaquia los
estudiantes, comunicar con los obreros y compensar con información la
manipulación a la que están siendo sometidos por los dirigentes del FSN, que
utiliza los viejos métodos comunistas", señaló un estudiante.
Otro, Catalin Avramescu, miembro de la dirección de la Liga
de Estudiantes, declaró a EL PAÍS que "utilizan los métodos que conocen
porque son viejos comunistas". "Están cometiendo muchos fallos y la
credibilidad del FSN está cayendo en picado", añadió. "Su
demostración de fuerza e intimidación, que ha revelado los métodos que
utilizan, acelerarán este proceso. Nosotros estábamos con el FSN antes. Hoy
estamos todos en contra de ellos. Cada vez serán más los que sepan quiénes son
realmente los que están manejando los hilos. Brucan se cree que estamos en
1946. Pero no es así".
Protesta
El primer ministro, Petre Roman, llamó el martes indignado a
la sede de la televisión en Bucarest para protestar contra la emisión en esos
momentos de una grabación de la concentración del domingo hecha por
estudiantes, en la que los contramanifestantes enviados a la plaza de la
Victoria por el FSN salían muy mal parados. Se trataba de la primera cobertura
informativa sobre los dramáticos acontecimientos del domingo que no era
claramente favorable al FSN.
Pompiliu Diplan es un joven ingeniero que desde ayer está en
huelga de hambre en la plaza de la Universidad, en demanda de la dimisión del
director de la televisión.
El accidente de la emisión del vídeo del martes no
es suficiente para Pompiliu ni para la Liga de Estudiantes. Exigen una
televisión plural, no maniatada por el Frente de Salvación Nacional, y han
comenzado la colecta de firmas para ello.
Como sustituto proponen a Octavian Paler, escritor y subdirector
de Romania Libera, que con su actitud crítica e independiente supone
una esperanza de que el principal motor de la revolución de diciembre se
convierta en un foro democrático real.
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