Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Bucarest
El País Miércoles,
31.01.90
UNA NUEVA EUROPA
Los dos días de enfrentamientos en las calles de Bucarest y
otras ciudades de Rumanía entre partidarios y opositores del Frente de
Salvación Nacional (FSN) dieron ayer paso a una jornada de relativa calma y a
la certeza de que el FSN tiene en sus manos el poder, las armas y la calle. El
pulso entre los partidos democráticos de la oposición y el FSN ha quedado
decidido a favor de este último. El temor a una intervención militar indujo
ayer a todas las fuerzas a llamar a la calma y evitar nuevos enfrentamientos
callejeros.
El Grupo para Diálogo Social, una asociación que agrupa a
algunos de los principales intelectuales de Rumanía, se reunió ayer en Bucarest
y acusó al FSN de manipular en la información sobre los acontecimientos en los
últimos días. Los medios adictos al FSN, la inmensa mayoría de los existentes,
continuaron ayer la campaña nacionalista contra "la venta de Rumanía a los
extranjeros", cuyos agentes consideran a los partidarios de la oposición,
"al capitalismo, los latifundistas y el dólar". Ayer quedó claro que
durante las 48 horas del domingo y el lunes Rumanía estuvo a punto de
despeñarse en una guerra civil. Entre la una del mediodía y las siete de la
tarde del domingo el FSN estuvo contra las cuerdas, acosado por los
manifestantes, que exigían su disolución, la creación de un Frente de Unidad
Nacional con todos los partidos democráticos y que el FSN no acudiera a las
urnas desde una posición de monopolio del poder.
Ayer, la televisión rumana emitió imágenes en las que se ve
a miembros del Frente amenazando a los manifestantes de la oposición con que
"200.000 obreros se dirigen hacia aquí para protestar contra la
manifestación contra el FSN". Un día más tarde, el FSN organizó una
demostración de fuerza perfectamente orquestada para hacerse con las calles de
Bucarest. El Consejo del FSN insistió ayer en el carácter espontáneo de las
manifestaciones a su favor.
El primer ministro, Petre Roman, tuvo que acudir a liberar
al presidente del partido Nacional Campesino, Corneliu Coposu, de su sede, en
la que se hallaba acosado por cientos de seguidores del FSN que habían roto las
ventanas a pedradas, llamaban "cerdo" y "perro" al líder de
la oposición y no ocultaban sus violentas intenciones. El hecho de que Coposu
tuviera que salir en una tanqueta del ejército de la sede de su partido deja en
evidencia la falsedad de la nota de la agencia oficial Rompress, que aseguraba
que los sitiadores "querían dialogar con Coposu", "quien se negó
a ello".
Los partidos Nacional Campesino, Liberal y Socialdemócrata
pedían una participación en el poder hasta que las urnas establezcan un
Gobierno legítimo.
El FSN se arroga la autoría de la revolución contra Nicolae
Ceaucescu y deriva de ello su legitimidad. Quiere gobernar y preparar unas
elecciones a las que se presentará. Su victoria en las actuales circunstancias
nadie la pone en duda.
Aunque mañana se celebrará de nuevo una mesa redonda entre
el Gobierno y la oposición, se multiplican los indicios de que en los últimos
días se ha consumado la contrarrevolución y el FSN ha decidido neutralizar a
sus oponentes. La actual dirección del FSN, apoyada por unas masas sin cultura
democrática, dirigidas y manipuladas informativamente por el aparato del
partido comunista de Ceaucescu, ha asestado un durísimo golpe a la oposición
democrática del que será extremadamente difícil se recupere antes de la
convocatoria a las urnas.
El parroco húngaro Laszlo Tökes se unió ayer al coro de los
que consideran que el FSN es la única fuerza capaz de gobernar el país y
advierte sobre el peligro de un vacío de poder que abriría las puertas a un
régimen militar.
Gran parte de los miembros de la Securitate (policía
secreta) detenidos después de la revolución han sido liberados ya "por
falta de pruebas", según medios de la oposición. Las trabas a periodistas
contrarios al FSN aumentan y algunas medidas liberalizadoras presentadas como
grandes pruebas de la voluntad democrática del régimen están siendo socavadas
por directrices secretas, como es el levantamiento de la prohibición de
abortar, vetado de hecho para mujeres sin hijos mediante una circular interna
enviada a los médicos.
Medios del FSN insisten en que el país "no saldrá a
subasta" y la retorica izquierdista contraria a la economía de mercado se
une paulatinamente a los coros hostiles a los partidos de la oposición,
supuestos "cuerpos ajenos a la sociedad rumana". El presidente, Ion
Iliescu, ha manifestado que "la mera existencia de varios partidos
políticos no es un modelo ideal en ningún contexto histórico" y que
"el concepto de democracia está bajo permanente revisión respecto a sus
estructuras sociales y económicas". Iliescu pidió una "democracia
específicamente rumana".
El diario Romania Libera y muchos
intelectuales y estudiantes han respondido preguntando cual es la originalidad
que quiere conferirse al modelo y recalcando que no hay otro modelo de
democracia real que la pluralista de tipo occidental.
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