Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Sofía
El País Domingo,
04.02.90
UNA NUEVA EUROPA
Andrei Lukianov, el más destacado miembro del ala reformista
del Partido Comunista Búlgaro (PCB), firme oponente durante años del derrocado
líder Todor Yivkov y una de las personalidades más brillantes y cultas de la
escena política de Bulgaria, fue nombrado ayer primer ministro por el
Parlamento de Sofía.
Lukianov anunció ayer un gobierno, en el que "será
irrelevante" la pertenencia o no de sus miembros al PCB; un programa
anticrisis, con medidas de estabilización social, y un plan de democratización
radical de cara a las elecciones previstas en mayo. Con la dimisión del anterior
primer ministro Atanasov y el nombramiento de Lukianov ha comenzado de hecho
en Bulgaria una campaña electoral en la que nadie sabe aún que fuerzas van a
concurrir. La oposición se halla débil y dividida y el partido comunista en una
agonía que muchos consideran en fase terminal.
El nuevo primer ministro es la última carta de los comunistas para intentar frenar esta rápida descomposición. El PCB, que concluyó el
viernes su congreso extraordinario con el nombramiento del reformista, pero
gris Alexander Lilov como secretario general, se encuentra al borde de la
escisión del ala reformista integrada por dos facciones, la ASO (Organización
de la Alternativa Socialista) y el Foro Democrático.
Las elecciones al congreso, de nuevo manipuladas por el
aparato para garantizar la presencia de una mayoría inmovilista y los métodos
utilizados por ésta para impedir un cambio radical en el seno del partido,
podrían provocar la escisión en los próximos días.
Paradojas
El máximo líder de la oposición democrática Petar Beron,
explicó ayer a este periódico la paradójica elección de un liderazgo reformista
por parte de un congreso netamente conservador: "Tres argumentos tenían
los reformistas para hacerse aceptar por ese ramal muerto de la evolución que
es el PCB", dijo, "primero, que los reformistas son personalidades
fuertes, con carácter. Segundo, que los conservadores no tienen programa ni
propuestas alternativas. Y tercero, y este es un argumento de peso, que el
general Diurov y el Ejército que está tras él, favorecen el cambio".
Lukianov tiene ante sí la difícil tarea de evitar la
desestabilización social, ante la apremiante crisis económica, y llevar a cabo
las elecciones democráticas. Para Beron, que se manifestó a favor de que
observadores de la ONU asistan a los comicios, la elección de Lukianov es
"la mejor de las opciones posibles".
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