Por HERMANN TERTSCH
El País, Bucarest,
20.02.90
El presidente rumano, Ion Iliescu, amenazó ayer con
"severas penas" a aquellos que "transgredan las leyes y agiten
contra los intereses nacionales" en su primera reacción al violento asalto
de la sede gubernamental el domingo por manifestantes opuestos al Frente de
Salvación Nacional (FSN), que Iliescu preside. Mientras éste declaraba que los
instigadores del asalto serán descubiertos y castigados, otros miembros del
FSN, -como Silviu Brucan, acusaban al Partido Nacional Campesino, principal
fuerza de la oposición, de estar tras la violenta acción.
Los dirigentes y las sedes de la oposición fueron ya ayer
objeto de masivas amenazas y se produjo de nuevo, como el pasado 30 de enero,
una escalada del peligro de enfrentamiento civil. A primeras horas de la noche
de ayer cursaban la ciudad informaciones sobre la inminente llegada de
transportes especiales de obreros y mineros para manifestarse a favor del
Gobierno y de Iliescu y en contra de los vándalos que asaltaron el
edificio. Los partidos de la oposición, a su cabeza el Nacional Campesino y el
Nacional Liberal, discutieron ayer la forma de salir al paso de los intentos de
implicarlos en el ataque de la plaza de la Victoria. No obstante, dada la
crispación existente, sus declaraciones de inocencia tienen escasas
posibilidades de desmovilizar a los seguidores del FSN. Los ancianos líderes del
partido fueron evacuados de sus sedes en previsión de ataques de seguidores del
Frente. Iliescu calificó las protestas y el asalto a la sede gubernamental de
"acciones contrarrevolucionarias" en una alocución radiada
repetidamente durante todo el día. Las autoridades confirmaron que en torno a
las 150 personas habían sido detenidas dentro del edificio al ser tomado éste
por fuerzas del Ejército. 15 soldados resultaron heridos, así como un número
indeterminado de manifestantes.
Rumores alarmistas
No se confirmó la noticia de la muerte de dos soldados que,
como muchos otros rumores alarmistas, se extendió por Bucarest a última hora de
la noche del domingo. Las sedes de la oposición fueron ayer rodeadas por
soldados con equipo de combate y tanquetas. Estos edificios habían sido tomados
violentamente el 30 de enero por militantes del FSN en represalia por una
manifestación contra el Gobierno provisional y el presidente Iliescu.
Diversas medidas, como el despliegue masivo de fuerzas
militares en diversos puntos de la ciudad, sugerían ayer que el Gobierno está
decidido a una demostración de fuerza para frenar su continua pérdida de
autoridad. Frente a la sede asaltada donde comenzaron las tareas para reparar
los graves daños en puertas, ventanas y mobiliario interior, 16 carros
blindados y centenares de soldados en dos cordones de seguridad habían tomado
una gran área de la plaza.
La zona urbana en torno al Parlamento, donde se encuentra
ahora el Gobierno, se hallaba ayer cerrada en todos los accesos por tropas con
las bayonetas caladas en sus fusiles kalashnikov. Pese a la ingente
presencia militar en la plaza de la Victoria, durante todo el día de ayer se
reunieron allí centenares de personas en discusiones acaloradas.
Miembros de la Liga de Estudiantes manifestaron ayer su
convicción de que los grupos de jóvenes con aspecto marginal que iniciaron la
demolición de puertas y ventanas de la sede del Gobierno y amenazaron después
al viceprimer ministro que se hallaba en el interior, Gelu Voican eran
provocadores instigados por la Securitate y el poder establecido.
Agentes
La línea dura del FSN, como el ex jefe de Relaciones
Internacionales, Silviu Brucan, señalan por su parte que eran agentes de los
partidos tradicionales, pese a que éstos se habían distanciado explícitamente
de la manifestación del domingo.
Iliescu pidió ayer a los mineros del valle de Jiu y a
"otros gremios" que, según dijo, habían expresado su intención de
acudir a Bucarest para vengar el asalto de la sede del FSN, que desistieran de
ello. No obstante, el llamamiento no parecía haber tenido efecto dadas las noticias
de trenes especiales con miles de mineros que acudían a última hora de la noche
en dirección a Bucarest.
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