Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Tirana
El País Domingo,
31.03.91
Los albaneses rompen hoy con dos celebraciones, la de
elecciones generales y del Domingo de Resurrección, con el régimen comunista
que durante más de 45 años impuso implacablemente los dogmas del estalinismo.
Las elecciones forzadas por las movilizaciones a favor de la democracia, que
comenzaron el pasado año, se celebran dos meses después de lo deseado por el
Partido del Trabajo (PT), en el poder.
Por primera vez desde que Enver Hoxha hizo de Albania el
alumno aventajado del estalinismo los albaneses elegirán entre cinco partidos
-incluido el Partido del Trabajo- y más de mil candidatos a los 250 escaños del
Parlamento. Los resultados no se conocerán, previsiblemente, hasta el martes.
Varios centenares de observadores extranjeros, en gran parte parlamentarios,
velarán por la regularidad del proceso electoral en la medida en que esto es
posible en un país de población tan dispersa y una infraestructura de
comunicación más deficiente que la de muchos países del Tercer Mundo. El Partido
del Trabajo, dirigido por el presidente Ramiz Alia, tuvo que ceder a las
presiones de la oposición que pedía tiempo para organizarse. En estos dos meses
la descomposición del régimen comunista se ha acelerado tanto que en Tirana no
se excluye una victoria del principal grupo de la oposición, el Partido
Democrático.
En el cierre de la campaña, el pasado viernes, el Partido Democrático,
dirigido por el médico Sali Berisha y el economista Gramoz Pashko, concentraron
en la capital albanesa a más de 90.000 personas en un mitin, mientras que el
presidente Alia no se atrevió más que a un encuentro con 2.000 invitados en el
Palacio de Congresos.
La oposición está convencida de su victoria y de la
posibilidad de una retirada pacífica del partido comunista del poder. En el
norte del país, la victoria de la oposición anticomunista parece asegurada.
Pjeter Arbnori, el líder del Partido Democrático en Shkodra, que pasó 28 años en
la cárcel por intentar crear un partido socialdemócrata en 1961, manifestó ayer
a EL PAÍS: "La oposición ganará y los comunistas no podrán utilizar ya la
fuerza. Ya es tarde para ellos. Aquí en Shkodra la gente votará en bloque por el
PD y está dispuesta a todo para que se respete su voluntad. Ya no hay
miedo". También Pashko y Berisha se han declarado convencidos de su
victoria.
Campaña a la defensiva
El presidente Alia, pese a la agresividad de las
difamaciones contra la oposición de la televisión y los medios controlados por
su partido, se ha visto obligado a hacer una campaña a la defensiva, bajo la
doble presión de una población indignada por la miseria que sufre y un aparato
comunista que teme represalias. Alia ha intentado presentar las elecciones como
un nuevo salto en el desarrollo de la sociedad y la nación albanesa comenzada,
según él, por los comunistas al llegar al poder. El argumento de Alia de que
primero había que lograr la "emancipación social", con los sacrificios
que los albaneses estaban supuestamente dispuestos a asumir, para entrar ahora
por la ruta de las libertades individuales, suena en Albania como una broma
macabra a la vista de la postración total de la economía y de la indigencia
generalizada en el país.
Desde que en el otoño pasado el régimen comenzó a ceder a la
presión popular y autorizó el culto religioso, los contactos con extranjeros y
los partidos políticos, ha entrado en un proceso de descomposición que ya
parece imparable. Los intelectuales y profesionales se dan de baja en
No hay comentarios:
Publicar un comentario