Por HERMANN TERTSCH
El País, Bucarest,
29.01.90
Rumanía entró ayer de nuevo en una situación
prerrevolucionaria con la concentración de centenares de miles de personas en
protesta contra la política del Frente de Salvación Nacional (FSN) y su
intención de presentarse a las elecciones de mayo. La situación era anoche de
extrema gravedad e imprevisible el desarrollo de los acontecimientos, con unas
fuerzas armadas muy nerviosas defendiendo la sede del FSN y la población de
Bucarest en las calles.
Grupos de partidarios del Frente de Salvación Nacional, en
gran parte con síntomas de embriaguez, seguían llegando anoche en autobuses y
camiones fletados por las estructuras residuales del partido comunista. La
relación entre partidarios y contrarios al Frente iba así modificándose a favor
de las autoridades. A las ocho de la tarde, el presidente del FSN, Ion Iliescu,
y el primer ministro, Petre Roman, se asomaron al balcón de la sede del Frente
haciendo el signo de la victoria. La oposición solicitó la inmediata dimisión
del Frente de Salvación Nacional y la constitución de un Gobierno provisional
hasta las elecciones. Las autoridades acusaron a la oposición de desestabilizar
el país, pero parecían muy confusas y nerviosas ante la imprevista magnitud de
las protestas. Bajo la presión de la calle, el FSN convocó una mesa redonda de
urgencia con la oposición, que exigió la inmediata disolución de las células
del Frente en empresas, ciudades y distritos, y la constitución de un consejo
de unidad nacional como Gobierno provisional hasta las elecciones. Asimismo, la
oposición pide la creación de un grupo de control de los medios de comunicación
hasta la cita de las urnas. Al concluir la manifestación, las masas continuaban
en la calle, y el llamamiento del Partido Liberal a sus seguidores para que
desalojaran la plaza de la Victoria apenas surtió efecto.
Grupos de partidarios del FSN protagonizaron diversos
enfrentamientos con los manifestantes. Iliescu acusó por televisión a la
oposición de querer desestabilizar Rumanía y calificó la situación de
"grave".
300.000 RUMANOS PIDEN EL FIN DEL FRENTE NACIONAL
El llamamiento de la oposición rumana a manifestaciones
contra la intención del Frente de Salvación Nacional de presentarse como tal a
las elecciones, tras la que se sospecha su intención de perpetuarse en el poder
con el aparato de la dictadura comunista, obtuvo una respuesta masiva.
Ingentes masas de manifestantes, con miles de pancartas con
lemas como "FSN igual a PCR" y otros equiparando al régimen con el
partido comunista de Ceaucescu y solicitando su disolución estuvieron llegando
durante toda la tarde a la plaza de la Victoria, hasta convertirse en la mayor
manifestación habida en Rumanía desde que se produjera la caída de Ceaucescu el
día 22 de diciembre.
El Frente reaccionó con la llamada por televisión a sus
seguidores a acudir al lugar de la manifestación en la plaza de la Victoria, y
a primeras horas de la noche se habían producido los primeros enfrentamientos
entre obreros convocados por el FSN y los manifestantes, que solicitaban
democracia sin restricciones, la disolución del Frente y el fin de la
manipulación informativa en favor del poder.
A última hora de la tarde, el Ejército y fuerzas de elite
antiterroristas mantenían acordonada la sede del FSN, antiguo Ministerio de
Asuntos Exteriores, ante el cual han vuelto a situarse unas decenas de carros
de combate y tanquetas con ametralladoras. La situación era de enorme tensión y
miles de personas, partidarios y contrarios al FSN, seguían llegando, acudiendo
a los llamamientos de las partes enfrentadas. También en otras ciudades se
produjeron manifestaciones contra el FSN, la mayor después de la de Bucarest en
la ciudad de Timisoara, en el Banato.
Asedio a la televisión
La sede de la televisión en Bucarest, central de la
revolución contra Nicolae Ceaucescu hace un mes, se hallaba asediada por
estudiantes y obreros. Siguiendo el precedente de la revolución, intentaban
entrar para leer ante las cámaras sus reivindicaciones y demandaban a coro la
retransmisión en directo de la manifestación de Bucarest.
Unas 300.000 personas se hallaban a las ocho de la noche en la plaza de la Victoria, en su inmensa mayoría rumanos que se oponen a que el
Frente de Salvación Nacional se presente desde el poder a las elecciones,
previstas para el 20 mayo.
Tras intentar evitar aún el sábado que los partidos de la
oposición y los estudiantes celebraran la manifestación, el FSN convocó una
concentración en apoyo de su política, a la que en principio sólo acudieron
unas 20.000 personas.
A las dos de la tarde, la manifestación contra el FSN había
adquirido tales dimensiones que el presidente del consejo del mismo, Ion
Iliescu, compareció ante las cámaras de televisión para calificar la situación
de grave, acusar al Partido Nacional Campesino (PNC) de negarse al diálogo y de
querer desestabilizar al FSN y al país.
Las manifestaciones convocadas por estudiantes y los
partidos Liberal, Nacional Campesino y Socialdemócrata portaban centenares de
pancartas calificando al presidente Iliescu; al otro hombre
fuerte, Silviu Brucan, y al FSN en general de comunistas y demandando
democracia al estilo occidental, sin restricciones ni censura. "Quien ha
vivido cinco años en Moscú no puede pensar como George Bush", "Olé,
olé, olé, el Frente ya no es" y "No tengáis miedo, hoy cae el
Frente". Estas dos últimas frases, con Ceaucescu en lugar del Frente,
fueron coreadas por las masas en diciembre.
Elecciones
La manifestación de ayer fue convocada ante el anuncio del
FSN de que se presentará a las elecciones y la convicción de todos los grupos
de la oposición de que, haciéndolo desde el poder y dominando todas las
estructuras heredadas del régimen de Ceaucescu, las posibilidades para unos
comicios libres son nulas.
Todos los partidos y los grupos de estudiantes acusaron de
"traicionar a la revolución" a Iliescu y a Brucan, que se perfila
cada vez más como el cerebro de esta operación de pacto entre el
aparato de Ceaucescu y los dirigentes del FSN con pasado comunista.
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