Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Berlín Este
El País Viernes,
08.12.89
HACIA UNA NUEVA EUROPA
El Gobierno de la República Democrática Alemana (RDA)
advirtió ayer que los órganos de seguridad del Estado intervendrán militarmente
si no acaba la "grave violencia" a que supuestamente se ven expuestos
los miembros de la policía política y del Ejército, "acosados por sectores
de la población". La actual situación del país amenaza con una inminente
escalada de la violencia, dijo el responsable de la Oficina de Seguridad
Nacional (ANS), Wolfgang Schwanitz, y añadió: "Aún no hay estado de
excepción". El "aún" pronunciado por el responsable de la
seguridad del Estado quedó flotando en la sala de conferencias del Centro
Internacional de Prensa de Berlín Este.
Schwanitz advirtió que la actual situación está "a un
mínimo paso de la escalada de la violencia". El Consejo de Ministros del
Gobierno de Hans Modrow decidió ayer enviar "responsables plenipotenciarios"
a las localidades más conflictivas, pero no reveló qué medidas podrían adoptar
éstos. Miembros del congreso del partido comunista (SED) dijeron ayer que los
ataques a centros militares no tenían por objetivo confiscar documentos sino
hacerse con armas. "La situación es extremadamente grave, nuestro partido
no tiene influencia alguna como tampoco la oposición". Estas fuentes
manifestaron que de no conseguirse un consenso para "parar a la
plebe" podría llegarse a una situación dramática. Los indicios de que las
autoridades evalúan costos y posibilidades de una intervención ante el
desmoronamiento de todas las estructuras estatales de poder se fortalecieron
ayer con el anuncio del Gobierno de "su inmensa preocupación por el
gravísimo peligro para la vida y salud de los miembros de la ANS". Este
organismo es heredero del recientemente disuelto Ministerio de Seguridad
Estatal (Stasi). En algunas ciudades ha habido heridos entre los miembros del
ANS, según su máximo responsable.
Llamamiento a la calma
Gobierno, intelectuales de la oposición y las Iglesias han
llamado a la calma y máxima prudencia. Acciones de castigo o venganza contra
antiguos responsables del régimen podrían ser utilizadas como pretexto para un
intento desesperado de sectores comunistas por retener poder en un momento en
que tanto el partido comunista como otras estructuras de dominación del régimen
se desmoronan.
"Se está abusando de nuestro interés por no recurrir a
la violencia. El requisito para que no exista violencia es la responsabilidad
por ambas partes", manifestó el jefe de la ANS. "Con estas acciones
nos podemos hundir en el caos". Según aseguró, desde el lunes "ha
habido casos de violencia y amenazas que pueden tener gravísimas consecuencias
para los ciudadanos y todo el país". Las acciones espontáneas de la
población habían comenzado cuando ciudadanos de diversas poblaciones
descubrieron que en las sedes de la policía política se estaban quemando o
transportando al exterior con destino desconocido grandes cantidades de
documentación.
En las ciudades de Cottbus, Dresde, Suhl y Rostock, la
policía política tuvo que abandonar sus oficinas ante la imposibilidad de
garantizar su propia seguridad. El comunicado gubernamental de la noche del
miércoles ya anunciaba que "en las últimas horas se acumulan los indicios
de ataques a instalaciones del Ejército Nacional Popular". Este comunicado
fue publicado ayer en primera página por todos los medios impresos de la RDA.
El ataque a instalaciones militares, tras los habidos a centros policiales supondría
una grave escalada de la tensión e implicaría en la crisis a los órganos del
Pacto de Varsovia.
El Gobierno no pudo o no quiso ayer identificar cuáles eran
las instalaciones, oficinas o cuarteles del Ejército supuestamente agredidos.
Sí declaró sin embargo que las citadas cuatro centrales de
distrito de la Oficina de Seguridad Nacional, la heredera del temido y
recientemente disuelto Ministerio de Seguridad del Estado, habían sido cerradas
y que sus miembros en varias localidades eran "asediados" en sus
bloques de viviendas y objeto de agresiones tanto ellos como sus familias.
La comisión que prepara el congreso y posiblemente la
desaparición del partido comunista (SED) llamaba ayer a "un inmediato
consenso en la mesa redonda sobre los medios que emplear para garantizar la
vida, la libertad, la dignidad y los derechos de las personas de este
país". Hay que llegar a un acuerdo, señalaba en un comunicado hecho
público a media tarde, respecto a cuándo se debe utilizar la violencia estatal
para afrontar ataques contra personas, bienes e instalaciones".
Desde hace ya semanas, los medios oficiales, hasta ahora
obedientes portavoces de la dirección, han estado animando incansablemente a la
denuncia y a la creación de piquetes para evitar la destrucción de documentación
comprometedora.
Un ambiente de delación y de liquidación de "cuentas
pendientes", creado por la indignación ante la masiva corrupción del
aparato del Estado que sale a la luz, se ha apoderado de la nación como lógica
consecuencia de la nueva transparencia pero también del celo febril de antiguos
cómplices del régimen de Honecker por distanciarse de éste. Nadie duda por otra
parte de la existencia de provocadores en incidentes reales o en intentos
frustrados.
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