Por HERMANN TERTSCH / AGENCIAS
El País, Madrid /
Budapest, 28.11.89
HACIA UNA NUEVA EUROPA
La oposición democrática radical ha salido victoriosa en el
referéndum celebrado el domingo en Hungría al imponer la postergación de la
elección presidencial para después de los comicios generales. Este resultado
supone un duro revés a las aspiraciones de Imre Pozsgay de convertirse en el
próximo presidente de la República de Hungría. El propio Pozsgay, candidato
presidencial del Partido Socialista Húngaro (PSH), reconoció que "los síes
son ligeramente superiores a los noes".
Con una participación del 58,27% del censo, alrededor del
50,2% se pronunció en contra de la elección presidencial previa, según datos
aún provisionales. Pozsgay, ministro de Estado, calificó de ejemplar la jornada
del domingo, en la que los húngaros pudieron expresar libremente su opción
política por primera vez en cuarenta años. Según Pozsgay, este hecho compensa
el retraso en el proceso de democratización institucional que supone el
resultado del referéndum. Por un escasísimo margen de votos se impuso la
propuesta de cuatro partidos de oposición de no celebrar la elección directa
del jefe del Estado el próximo día 7 de enero sino después de las primeras
elecciones generales libres y en votación parlamentaria. El referéndum había
sido convocado por iniciativa de la Alianza de Demócratas Libres (ADL) para
impedir una elección presidencial en la que Pozsgay se perfilaba como gran
favorito, gracias a su prestigio como motor del cambio democrático.
La ADL forzó el referéndum con la presentación de casi
200.000 firmas, el doble de lo necesario según la ley sobre consultas populares
recientemente aprobada. El resultado es un gran éxito para este partido de
centro-izquierda, al que se otorgaba hasta ahora poca fuerza entre la población
por el marcado carácter intelectual de su dirección.
La organización juvenil FIDESZ, el Partido de los Pequeños
Propietarios y el Partido Socialdemócrata se adhirieron a la posición de la
ADL, contraria a una elección presidencial inmediata, que hubiera colocado la
jefatura del Estado en manos del ex comunista Pozsgay. El mayor grupo de la
oposición, el Foro Democrático Húngaro, partidario del calendario de transición
del gobierno, había llamado al boicoteo. El MDF ha presentado a su propio
candidato a las elecciones presidenciales, el etnólogo Lajos Für. Sin embargo,
Imre Pozsgay goza de amplia simpatía en este partido, al que desde el poder
protegió cuando el MDF fue creado hace dos años. Para el Foro Democrático, el
resultado del referéndum es, al igual que para el PSH, un revés. Pese a su
implantación, sobre todo en el medio rural, no ha podido imponer el boicoteo de
más de la mitad del censo que hubiera invalidado la consulta.
Pozsgay, máximo responsable del ala radical del partido en
el poder, de la conversión de éste en un partido socialista de corte
democrático y de la transición política en curso en Hungría, tenía grandes
posibilidades de vencer en las elecciones de haberse celebrado el próximo 7 de
diciembre. No obstante, dada la práctica certeza de que el PSH entrará en el
primer Parlamento democrático como formación minoritaria y muy debilitado, las
posibilidades de su candidato de conseguir la mayoría absoluta entre los
diputados son mínimas.
En el referéndum se ratificó, por un 95% de los votos, la
disolución de las milicias obreras, la fiscalización del patrimonio del
autodisuelto Partido Socialista Obrero Húngaro (POSH) y la disolución de las
organizaciones del partido en las empresas y en el aparato burocrático.
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