Por HERMANN TERTSCH
El País, Madrid,
25.11.89
HACIA UNA NUEVA EUROPA
Alexander Dubcek demostró ayer en Praga que existe la
justicia histórica
Alexander Dubcek, el líder de la primavera de Praga,
protagonizó ayer un retorno triunfal a la capital checoslovaca. Tras más de dos
décadas de práctico arresto domiciliario, objeto de insultos y calumnias de los
medios oficiales, descalificado por la cúpula del que fuera su partido, Dubcek
demostró ayer que sí existe algo así como la justicia histórica.
Los normalizadores, los estalinistas, los acomodaticios y oportunistas, aquellos que mandaron a Dubcek de guardabosques
cerca de Bratislava, que expulsaron del partido comunista a medio millón de
militantes, a las mejores cabezas de aquella revolución frustrada por los
tanques, están acabados. Su máximo representante, Milos Jakes, acosado por una
multitud que recién conquistada la libertad de manifestarse aclama a Dubcek. Ha
callado muchos años este eslovaco que el lunes próximo cumplirá 68 años.
Militantes de la oposición que se han expuesto más que él en estos años se lo
reprochan. Es difícil predecir cuál será su papel en la nueva Checoslovaquia.
Su proyecto de reforma del socialismo real ha quedado superado en la práctica
por el desmoronamiento de este sistema. En todo caso, ayer el pueblo en Praga
demostró que es todo un símbolo de la soberanía popular checoslovaca.
Fue aclamado por centenares de miles de personas en la
histórica plaza de San Wenceslao. Habló ante la multitud durante tan sólo tres
minutos. "Me alegro de estar con vosotros, os quiero y lo sabéis. Después
de tanto tiempo, estoy aquí para ponerme a la cabeza del pueblo que quiere
hacerse oír".
El que fuera pionero de las reformas del socialismo retorna
a la vida pública cuando las ideas que él propugnó se han impuesto ya en todos
los países (cinco) que participaron en la invasión que acabó en aquel trágico
agosto de 1968 con su gran proyecto. Aquellos que, aupados al poder
por los carros de combate extranjeros, reinstauraron un régimen posestalinista,
rígido y represivo, y marginaron a todo el equipo de reformistas en torno a
Dubcek, caen ahora bajo la presión de las masas en las calles.
Dubcek nació en Uhrovec, Eslovaquia, el 27 de
noviembre de 1921, tres meses después de que sus padres regresaran de
Estados Unidos, país al que habían emigrado en 1911. Tras intensa actividad
política en Checoslovaquia, Alexander Dubcek fue nombrado primer secretario del
partido comunista checoslovaco el 5 de enero de 1968, el mismo año en que
las tropas de cinco países del Pacto de Varsovia invadieron el país para poner
fin a las reformas democráticas. Él y otros dirigentes fueron detenidos y
conducidos a Moscú, siendo obligados a una negociación que concluyó con la
firma de un documento que puso fin al proceso liberalizador del régimen.
Destituido de su cargo, Dubcek fue durante un breve período
presidente del Parlamento, embajador en Turquía y, expulsado luego del partido
comunista, se vió obligado a trabajar como empleado de una empresa de
explotación forestal en las afueras de Bratislava. Durante casi veinte años ha
evitado manifestarse públicamente sobre la situación del país, pero desde hace
dos años ha vuelto a reaparecer y ha concedido algunas entrevistas a medios de
comunicación occidentales. Hace un año recibió el doctorado "honoris
causa" de la universidad italiana de Bolonia y las autoridades checas le
permitieron viajar a Italia, donde se entrevistó con el secretario general del
Partido Comunista Italiano (PCI), Achille Occhetto, y con Juan Pablo II. No fue
autorizado a viajar a España el pasado verano.
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