Por HERMANN TERTSCH
El País, Berlín
Este, 10.12.89
HACIA UNA NUEVA EUROPA
Cuarenta escolares se concentraron ayer en el centro de
Berlín Este para pedir trabajo para sus padres, "injustamente
perseguidos". Eran hijos de miembros de la policía política (Stasi). La
reestructuración y el cambio de nombre del temido Ministerio de Seguridad del
Estado, que era dirigido por el ahora encarcelado Erich Mielke, ha costado el
empleo a varios miles de agentes. Sus intentos por encontrar otro trabajo son
inútiles. Nadie les quiere.
Las reformas y la próxima liquidación de la Oficina de
Seguridad Nacional, heredera del ministerio disuelto, han dejado y dejarán en
la calle a personas que en su mayoría no tienen cualificación profesional
alguna, más allá de la vigilancia, intimidación, delación y represión de sus
conciudadanos.
"Nuestros padres no tienen la culpa de nada. Sólo
cumplían órdenes, ahora todos cambian de chaqueta y nosotros nos quedamos en la
calle", decía una guapa rubia de unos 16 años, chaqueta vaquera y uñas
pintadas.
"Esa disculpa ya la oímos en 1945, entonces todos
cumplían órdenes mandando a la gente a los campos de concentración. Vuestros
padres las cumplían disparando contra chicos que sólo querían saltar el muro o
dando palizas en los calabozos; ¡cuántas familias han destruido!",
respondía irritado un hombre de mediana edad. "Vuestros padres habrán de
pagar, si no con la cárcel, como muchos merecen, con el desprecio de toda la
población", añadía otro, sin conmoverse por la crispación de estos
jovencitos que a todas luces estaban pasando un muy mal rato.
En una pequeña manifestación paralela organizada por
artistas aparecieron ayer las primeras pancartas en las que se hacía un símil
que hace pocas semanas hubiera merecido varios años de prisión: "SED es
igual a SS". "A vuestros padres, a los comunistas y sus sicarios
armados ya no les creeremos nunca. Ni siquiera si cambian tanto como para decir
algún día la verdad", afirmó un manifestante.
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