Por HERMANN TERTSCH
El País, Berlín
Este, 16.11.89
HACIA UNA NUEVA EUROPA
La presión checoslovaca y el visto bueno de Gorbachov
abrieron el muro de Berlín
La nueva dirección de la República Democrática Alemana (RDA)
abrió los pasos fronterizos el 9 de noviembre para evitar que el cierre de la
frontera con Checoslovaquia provocara un levantamiento popular y un baño de
sangre. "No había más remedio. Económicamente, es una catástrofe de
consecuencias imprevisibles [la apertura de las fronteras a Occidente], pero la
alternativa era la plaza de Tiananmen", manifestaron a EL PAÍS fuentes del
partido comunista (SED, en el poder).
La llamada línea Pekín -sector duro de la
dirección comunista a la que se había vencido el 9 de octubre en Leipzig,
cuando había preparado una masiva represión sangrienta de la tradicional
manifestación del lunes- tenía pensado utilizar las multitudinarias
concentraciones en la calle que habría provocado la noticia del nuevo cierre de
la frontera con Checoslovaquia para incrementar la represión. "Dada la
inmensa indignación de la población, incluidos muchos comunistas, contra la
dirección, la situación habría sido incontrolable. Un nuevo revés en la
situación de crispación existente habría provocado un baño de sangre".
Dichas fuentes señalan que la decisión fue tomada en común por Egon Krenz, jefe
del partido; el nuevo primer ministro, Hans Modrow; y el hasta hace días jefe
del SED en Berlín, Günther Schabowski.
Llamaron a Moscú, hablaron personalmente con Gorbachov y,
con su visto bueno, decidieron la apertura, conscientes de los enormes riesgos
que albergaba. Los peligros eran, en primer lugar, de orden público. "Pudo
pasar cualquier cosa cuando grupos de jóvenes fascistas y del lumpen, en
su mayoría borrachos, intentaron romper una plancha del muro desde
Occidente", explican. "Superado este riesgo llegan los gravísimos
problemas económicos", añaden las fuentes.
Ultimátum de Praga
El régimen de Checoslovaquia envió en la noche del miércoles
al jueves un ultimátum de Praga a las autoridades de Berlín Este en el que se
advertía que se cerraría unilateralmente la frontera común si la RDA no ponía
fin de inmediato al flujo masivo de sus ciudadanos, a través de territorio
checoslovaco, hacia Occidente.
Tras las manifestaciones de finales de octubre en Praga, en
las que miles de ciudadanos pidieron el cese del régimen de Milos Jakes, las
autoridades checoslovacas llegaron a la conclusión de que sólo una medida
drástica podía poner fin al impulso que los acontecimientos en la RDA están
dando a la oposición democrática en Checoslovaquia. El continuo flujo de
alemanes orientales por su territorio había creado no sólo una corriente de
solidaridad con éstos, sino también mayor decisión de conquistas similares en
la lucha por el pluralismo.
Queda así en la más dramática evidencia la interacción de
las reformas democráticas en el bloque socialista: un Estado aferrado a la
ortodoxia obliga, por intereses de autopreservación, a otro a realizar su más
revolucionaria acción liberadora.
Un profesor de la universidad de Leipzig integrado en el
movimiento de protesta de esta ciudad confirma que hasta las tres de la tarde
del 9 de octubre estaban en marcha los preparativos para una acción ejemplar de
intimidación durante la manifestación de ese lunes.
"La línea Pekín estaba decidida a disparar
contra los manifestantes", asegura esta fuente. "Fue el sector
reformador, mayoritario en Leipzig, el que logró bloquear esta acción. No fue
Krenz, como se ha dicho. Éste sí tuvo un papel en este sentido, más tarde, en
Berlín. Entonces encarriló el relevo de Honecker".
Un dato anecdótico en las relaciones entre el SED emergente
de la era Honecker y los partidos comunistas hermanos es la carta
enviada por el ya ex jefe del Partido Comunista Búlgaro Todor Yivkov a Krenz,
para protestar enérgicamente por los acontecimientos que se desarrollaban en
Berlín Este.
La carta, enviada por Yivkov a Krenz días antes de la propia
defenestración política del anciano líder búlgaro, atacaba los cambios
impuestos por los sucesores de Honecker. Llamaba a enérgicas medidas para
salvar el socialismo en su frontera con Occidente en Alemania, que, según
señalaba, es especialmente importante, a la vista de los "graves
sucesos" en Hungría y Polonia.
La denominada línea Pekín ha quedado totalmente
descabalgada del poder, según estas fuentes del SED. La purga ha adquirido un
ritmo vertiginoso en toda la Administración y la resistencia de la misma es
mínima. Dada la práctica identidad entre este sector, partidario de una intervención
violenta contra las manifestaciones populares, y los grupos más corruptos del
régimen, los reformistas no parecen tener dificultades en eliminarlo.
La posibilidad de una oleada de juicios por corrupción,
abuso de poder y malversación de fondos, que parecía lejana cuando Erich
Honecker fue relevado tras agradecérsele los servicios prestados, es ya
prácticamente una certeza.
"Mittag y su grupo son ya carne de los tribunales",
señala un destacado miembro del partido, aún bajo los efectos de las revelaciones
ante la Asamblea Popular de las irregularidades financieras de todo tipo.
"Mittag falsificaba personalmente los datos económicos", según ha
revelado la radio oficial de la RDA.
Günther Mittag, máximo responsable de economía del régimen,
disponía de toda una red de colaboradores, conocida como "el grupo de
Mittag", que ha sido " una auténtica mafia que ha
falsificado, malversado y mentido constantemente.
Mittag tiene la mala suerte de que sus delitos se pueden
demostrar en cifras", señala la citada fuente. "A otros quizá igual
de responsables de la trágica situación en que estamos, como el jefe de
propaganda Joachim Herrmann, será más difícil demostrarles los crímenes
cometidos contra el partido, el Estado y el pueblo".
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