viernes, 24 de febrero de 2017

CISMA EN EL PACTO DE VARSOVIA

Por HERMANN TERTSCH
El País,  Madrid, 12.09.89

HUIDA A OCCIDENTE

La práctica ruptura entre Hungría y la República Democrática Alemana (RDA) tras la apertura de la frontera occidental húngara para millares de alemanes orientales agudiza de forma dramática la mayor crisis del Pacto de Varsovia. La descomposición de la alianza oriental avanza desde hace años con las crecientes diferencias en el grado de apertura de los siete países miembros. Ya alcanza niveles de abierto enfrentamiento entre ellos. El acuerdo entre Budapest y Bonn demuestra también que la República Federal de Alemania (RFA) amplía su influencia en Centroeuropa en detrimento de la que ejercía la URSS desde la II Guerra Mundial. El problema no concluye con el actual éxodo de alemanes orientales. Checoslovaquia es el único país del mundo al que los ciudadanos de la RDA pueden viajar sin visado. Cada vez son más los que cruzan ilegalmente desde este país a Hungría para pasar después a Austria. Rumanos, checoslovacos y búlgaros aprovechan viajes a Hungría para escapar. Esta frontera abierta afecta gravemente a los aliados inmovilistas.
La incompatibilidad de las políticas interna y externa de Estados como Hungría y Polonia, decididos a emprender el camino de la democracia parlamentaria, con regímenes como la RDA, Rumanía y aun Checoslovaquia, queda así de manifiesto y tendrá consecuencias aún imprevisibles sobre la política soviética en la alianza.

Moscú criticó a la RFA por su gestión en la crisis de los refugiados, pero no ha comentado el papel húngaro. La RDA ha acusado a Hungría de "interferir en sus asuntos internos", y es un abierto enemigo de las reformas húngaras y polacas, como lo son Rumanía y Checoslovaquia.

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