Por HERMANN TERTSCH
El País, Madrid,
12.09.89
HUIDA A OCCIDENTE
La práctica ruptura entre Hungría y la República Democrática
Alemana (RDA) tras la apertura de la frontera occidental húngara para millares
de alemanes orientales agudiza de forma dramática la mayor crisis del Pacto de
Varsovia. La descomposición de la alianza oriental avanza desde hace años con
las crecientes diferencias en el grado de apertura de los siete países
miembros. Ya alcanza niveles de abierto enfrentamiento entre ellos. El acuerdo
entre Budapest y Bonn demuestra también que la República Federal de Alemania
(RFA) amplía su influencia en Centroeuropa en detrimento de la que ejercía la
URSS desde la II Guerra Mundial. El problema no concluye con el actual éxodo
de alemanes orientales. Checoslovaquia es el único país del mundo al que los
ciudadanos de la RDA pueden viajar sin visado. Cada vez son más los que cruzan
ilegalmente desde este país a Hungría para pasar después a Austria. Rumanos,
checoslovacos y búlgaros aprovechan viajes a Hungría para escapar. Esta
frontera abierta afecta gravemente a los aliados inmovilistas.
La incompatibilidad de las políticas interna y externa de
Estados como Hungría y Polonia, decididos a emprender el camino de la democracia
parlamentaria, con regímenes como la RDA, Rumanía y aun Checoslovaquia, queda
así de manifiesto y tendrá consecuencias aún imprevisibles sobre la política
soviética en la alianza.
Moscú criticó a la RFA por su gestión en la crisis de los
refugiados, pero no ha comentado el papel húngaro. La RDA ha acusado a Hungría
de "interferir en sus asuntos internos", y es un abierto enemigo de
las reformas húngaras y polacas, como lo son Rumanía y Checoslovaquia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario