sábado, 25 de febrero de 2017

MILES DE CHECOSLOVACOS PIDEN EN LA CALLE DEMOCRACIA

Por HERMANN TERTSCH
El País,  Praga, 29.10.89

"Los checos también queremos democracia". Bajo una pancarta con este lema, banderas nacionales checoslovacas y gritos de "¡Exigimos una República democrática!" miles de personas se manifestaron ayer en Praga en demanda de reformas y contra la ortodoxia comunista, aún en el poder. La muy violenta intervención policial en toda la ciudad, que concluyó con una decena de heridos y más de 350 detenidos, no impidió que, una vez disuelta la manifestación inicial, de más de 10.000 personas, en la plaza de San Wenceslao, numerosos grupos desafiaran a la policía coreando consignas a favor de la democracia y el pluralismo.
Los apaleamientos de jóvenes capturados por la policía y la represión de la labor informativa de los periodistas -a los que les fueron confiscados sistemáticamente los carretes fotográficos- eran vituperados con gritos de "¡Gestapo, Gestapo!" por grupos de manifestantes y la población. A la hora de cerrar esta edición proseguían las concentraciones en el centro de la Parte Vieja y en la Parte Pequeña (Mala Strana) de Praga, y las sirenas de la policía se oían por toda la ciudad. Grupos de habitantes de Praga se concentraban a última hora de la tarde en las esquinas de las grandes avenidas para aplaudir a los detenidos en los furgones policiales. Las fuerzas de seguridad procedieron ayer con mucha mayor violencia que en agosto pasado, cuando una multitud similar se manifestó en contra de la invasión de los ejércitos del Pacto de Varsovia que derribaron a la dirección comunista bajo Alexander Dubcek e impusieron el equipo breznevista de la normalización que sigue gobernando actualmente.

Plaza cerrada
Por la mañana, la jornada había comenzado con un acto oficial de jura de bandera de 1.500 reclutas de las fuerzas armadas y brigadas del Ministerio del Interior. Las autoridades mantuvieron cerrada la plaza de San Wenceslao durante toda la mañana, lo que la oposición considera otro indicio del nerviosismo de la dirección comunista. Al acto había que asistir con entrada, y apenas unos centenares de civiles, familiares de los reclutas en su mayoría, acudieron a la ceremonia, presidida por el jefe del partido de Praga, Stepan, al que incluso miembros del partido acusan de ser el máximo exponente de un estalinismo sin escrúpulos y dispuesto a defender sus intereses de poder en contra de la población checoslovaca, pero también de toda la comunidad socialista, incluida la URSS, si pudiera. "No podrá", señalaban ayer jóvenes inconformistas praguenses con imágenes de Gorbachov en las solapas.
Fuentes de la disidencia, al igual que otras cercanas al partido, señalan que la operación de represión ejemplar de ayer responde a una orden de Stepan, que "está preso del mismo pánico que su amo, Milos Jakes". "Se les escapa el tiempo. Los sucesos en la RDA son el último aviso. Ellos saben que ahora les toca el turno y parece que quieren morir matando", manifestaba un joven activista de un grupo de oposición. "La RDA era su gran aliado; ya no lo tienen" manifestó el ex ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno de Dubcek y uno de los más destacados firmantes de Carta 77, Jiri Hajek.
En vísperas del aniversario fueron detenidos 17 disidentes en Praga y otros muchos amenazados con represalias si no abandonaban inmediatamente la capital. Entre los detenidos se encuentra Milos Hajek, el líder de la organización Obroda (Renacimiento) compuesta por militantes del PCCh purgados por la normalización brezneviana dirigida por el actual jefe del partido, Milos Jakes.
"Primero Polonia y Hungría, -con la compañía de la URSS-; después su gran aliado, la supuestamente inamovible RDA, con Honecker a la cabeza. A Jakes no le queda ya nadie si no quiere hacer un eje con Bucarest, y creemos que no le dará tiempo", manifestaba un periodista húngaro ya plenamente integrado en la comunidad de periodistas occidentales en el Este de Europa.
El 71º aniversario de la creación de la I República de Checoslovaquia, el primer Estado democrático y pluralista en Europa oriental, convocó en Praga la mayor y más decidida denuncia popular contra el aparato inmovilista que gobierna Checoslovaquia desde el aplastamiento de la primavera de Praga, en agosto de 1968.

Invitados oficiales

La violencia de la policía llegó al punto de empujar y agredir a invitados de la agencia oficial de viajes checoslovaca Cedok a un congreso de la Federación Internacional de Agencias de Turismo que comienza hoy en Praga. La policía entró en el salón del hotel Intercontinental, donde se encuentran gran parte de los invitados y muchos de los periodistas que están cubriendo la celebración del aniversario de la I República. Los invitados occidentales al congreso, que debía haber sido un empuje para fomentar el turismo en Checoslovaquia, no parecían interesados más que en hacer fotografías de policías golpeando a jóvenes en la calle de Pariszka, frente al hotel, y de gestos amenazadores de los antidisturbios contra los huéspedes de este hotel de lujo. "No son muy sabios estos gobernantes", decía una vieja norteamericana de Los Ángeles, dispuesta a salir a la calle a ser testigo de violentas detenciones acompañadas por gritos de "Gestapo" de la multitud y aplausos para los detenidos cuando saludaban antes de ser introducidos en los camiones celulares.

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