Por HERMANN TERTSCH
El País, Berlín
Este, 16.11.89
HACIA UNA NUEVA EUROPA
Todos los partidos del espectro político legal en la RDA se
unieron ayer a la exigencia de la oposición democrática de eliminar de la
Constitución el papel dirigente del partido comunista (SED). Los cuatro
partidos integrados hasta ahora en el bloque con el SED -el Partido Liberal
Democrático (LDPD), el Partido Democrático Campesino (DBD), la Unión
Democristiana (CDU) y el Partido Nacionaldemocrático (DDP)- comenzaron a pedir
condiciones para su cooperación con un partido comunista cuyo reciente pasado
pesa como una losa sobre su futuro.
Mientras el partido comunista tenía que intentar convencer
por primera vez en 40 años a las otras fuerzas políticas a una cooperación que
antes imponía por la fuerza, se fortalecían los rumores sobre una inminente
demolición del muro en la puerta de Brandeburgo, corazón de Berlín y símbolo,
primero, de la capital del imperio alemán y, después, de la división de
Alemania. Sin embargo, anoche, las autoridades de la RDA informaron que ese
trozo del muro no se derribará en los próximos días. Miles de personas esperan
desde el martes a ambos lados de la puerta de Brandeburgo, el comienzo de unos
trabajos que serán arduos, ya que aquí las placas están fortificadas con
bloques de hormigón de hasta tres metros de grosor. Decenas de cámaras de
televisión de todo el mundo esperan al simbólico momento en que caiga el muro
en su punto internacionalmente mas célebre, bajo la cuádriga romana victoriosa
de la puerta, que procede de Occidente.
Por primera vez, ayer, el LDPD expuso la posibilidad de no
formar parte de una coalición de gobierno "a la vista de la falta de
confianza en el SED". Como sucedió en Polonia, los satélites se distancian
del partido comunista y comienzan a sugerir otras posibilidades de gobierno y
poner precio a su colaboración.
El nuevo presidente del Parlamento, Guenther Maleuda, ya
había demandado un día antes, con eco positivo en el propio partido comunista,
la "anulación del artículo primero de la Constitución". Éste
establece el "papel dirigente de la clase obrera y su partido".
"No será difícil renunciar a lo que ya no tenemos, el papel dirigente. Y
que no somos ya el partido de la clase obrera que nos ha vuelto la espalda,
también está claro. Sólo podremos recuperar un papel dirigente o relevante
según ganemos la confianza de la población, y esto va para largo", dijo.
Hans Modrow ya anunció que no permitirá que el partido
comunista imponga su política al Gobierno que él dirija. Por otra parte, ayer
se utilizó por primera vez el calificativo de "criminal" para la
actuación del Gobierno dimisionario de Willy Stoph, que, según el National
Zeitung, del DDP, "violó de forma criminal los preceptos
constitucionales". La exigencia de responsabilidades penales contra los
usufructuarios del orden inmovilista vigente hasta la caída de Honecker el 18
de octubre se multiplican en todo el país, y la Prensa publica innumerables
casos de abusos y corrupciones de la dirección del partido y los sindicatos
oficiales (FDGB).
Las manifestaciones de los representantes de los cuatro
partidos legales, que durante cuatro décadas fueron meros satélites del partido
comunista, se producen en plena negociación con el primer ministro, Hans
Modrow, para la formación de un nuevo Gobierno que debe ser presentado mañana
al Parlamento.
Hasta ayer por la tarde, las autoridades de la RDA habían
concedido 7,7 millones de visados a sus ciudadanos para viajar a Occidente.
Esto supone que, en pocos días, la mitad de los menos de 17 millones de
habitantes de la RDA contará con su visado para viajar a Occidente.
Ayer se anunció la rehabilitación de Walter Janka, un
intelectual comunista que fue una de las más destacadas víctimas de los juicios
farsa en la RDA. Janka cumplió cinco años de prisión acusado de un complot antisocialista por intentar sacar al filósofo Gyorgy Lukacs de Budapest durante
el levantamiento húngaro de 1956. Los dirigentes que le encargaron esta
operación de rescate, a su cabeza el entonces ministro de Cultura, Johannes R.
Becher, fueron sus acusadores. Janka había solicitado hasta hoy
infructuosamente que se revisara la injusticia cometida contra él y siempre se
declaró un leal ciudadano de la RDA.
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