Por HERMANN TERTSCH / BERNA GLEZ. HARBOUR
El País, Bucarest,
26.12.89
LA CAÍDA DEL 'CONDUCATOR'
El ex presidente de Rumanía, Nicolae Ceaucescu, de 71 años,
y su esposa y mano derecha, Elena, de 70, fueron ejecutados ayer después de un
juicio sumarísimo ante un tribunal militar, según anunciaron la radio y la
televisión rumanas. El Frente de Salvación Nacional, Gobierno de facto, informó
también que los combates registrados desde el inicio de la revuelta popular se
han cobrado ya entre 60.000 y 80.000 víctimas. Nicolae Ceaucescu y su mujer
gobernaron el país durante 24 años con mano de hierro, con un culto a la
personalidad de ambos insólito en Europa y una represión de monstruosas
proporciones. La magnitud de tal represión ha sido comprensible en estos
últimos siete días, cuando las fuerzas de seguridad han causado entre 60.000 y
80.000 víctimas, según las últimas estimaciones oficiales. Ceaucescu y su mujer,
Elena, vicepresidenta del Gobierno y presidenta de la Comisión de Control del
partido, fueron pasados por las armas tras una sentencia condenatoria por
delitos de genocidio, demolición del Estado y acciones armadas contra el Estado
y el pueblo, destrucción de bienes materiales y espirituales, destrucción de la
economía nacional y evasión de mil millones de dólares hacia bancos
extranjeros.
La condena impuesta fue la de pena capital y confiscación de
todos sus bienes materiales. "La condena es definitiva y ha sido
ejecutada", señaló el comunicado oficial. La ejecución del matrimonio
Ceaucescu, los dos seres más odiados por el pueblo rumano, se produjo ocho días
después de conocerse los primeros datos sobre la salvaje represión ejercida por
las fuerzas especiales y de la policía secreta del régimen en algunas regiones
del país.
La ejecución de la hasta ahora excelsa e intocable pareja fue anunciada por el Frente de Salvación Nacional (Gobierno provisional que ha
tomado momentáneamente las riendas del Estado). Continúan los ataques de la
temida Securitate -policía secreta- y otras fuerzas comprometidas con la
represión del régimen de Ceaucescu, mientras empiezan a llegar los primeros
convoyes de ayuda humanitaria para socorrer a los miles de personas afectadas
por los enfrentamientos de la última semana de represión. El objetivo de estos
ataques desesperados es desestabilizar el Gobierno provisional de Corneliu
Manescu.
EL GOBIERNO PROVISIONAL PROMETE UN CAMBIO DEMOCRÁTICO
Los combates continúan en
diversas zonas del país, en donde los agentes de la Securitate, policía
secreta leal a Ceaucescu, se niegan a aceptar el ultimátum del Gobierno para
entregar las armas de inmediato. El plazo expiró ayer por la tarde.
El nuevo Gobierno provisional ha prometido una transición
democrática con elecciones libres el próximo mes de abril, de modo que ha
eliminado su mayor y peor vínculo con el pasado. La liquidación de la era
Ceaucescu pasaba, según muchos rumanos que llenan las plazas de las ciudades
del país en defensa de la nueva libertad, por la liquidación física de los
máximos representantes del pasado: Nicolae y Elena.
Signo de debilidad
Por otra parte, algunos ven en la súbita ejecución del
matrimonio Ceaucescu un signo de debilidad del nuevo Gobierno, que, pese a tener
a su lado al Ejército, sin saber aún el grado de fidelidad, sigue sin controlar
el orden público frente a las provocaciones de las acciones armadas de la
Securitate, excelentemente armada y entrenada. Esta organización es consciente
de que tras sus matanzas y crímenes masivos ya no tiene salvación y ha decidido
llevarse por delante en la caída final al mayor número posible de víctimas.
La suerte de los dos grandes déspotas rumanos, Nicolae y
Elena, en los últimos días ha sido un misterio. El pasado jueves, movido por su
enfermiza afición a los mítines de apoyo y aclamación a su persona por parte de
sus víctimas, se encontró con una gran aglomeración que, primero obediente y
elogiosa, se volvió contra él y le insultó, llamándole "rata" y
"asesino". Las imágenes de aquel mítin, retransmitido por televisión,
son ya parte de la historia de la caída de un tirano, cuyo hundimiento ha
producido un baño de sangre en Rumanía sin precedentes en la posguerra europea.
El viernes, el matrimonio Ceaucescu intentó en un
helicóptero alcanzar primero el aeropuerto oficial, después una base de la
Securitate, su auténtica guardia pretoriana con una inusitada capacidad para el
crimen. Según la versión oficial, fueron detenidos el mismo viernes, pero la
pareja, consiguió escapar.
El sábado por la tarde, la televisión dió la noticia que los
rumanos esperaban con ansiedad. El matrimonio había sido detenido y recluido en
una base militar no identificada para evitar los ataques de los grupos de
policías secretos que han vinculado su muerte a la del dictador.
El Frente de Salvación Nacional se reunió ayer a puerta
cerrada para perfilar la nueva estructura democrática de Rumanía y elaborar la
lista del Gobierno que debe hacer frente a una difícil reconstrucción.
Iliescu se perfila como el nuevo líder, el Vaclav Havel
rumano. El amigo de estudios de Gorbachov aparece día tras día imbatible ante
las cámaras, comunicando novedades, reaccionando siempre a todo. Ayer informó
que el Frente no ha solicitado ni desea una intervención militar soviética.
En una de sus primeras medidas, el Frente de Salvación
Nacional ha ordenado que no se exporte ningún alimento. Todos los alimentos
deben ser puestos a la venta para el consumo de los ciudadanos. Entre tanto, la
ayuda humanitaria internacional ha comenzado a llegar. También contra ésto los
sicarios del dictador hacen de las suyas. Algunos convoyes con alimentos, ropas
y medicinas han sido tiroteados.
Ayer tomaron tierra en el aeropuerto de Otopeni, en la
capital rumana, varios aviones de las dos Alemanias, de Francia, de la URSS, de
Bulgaria, de Checoslovaquia y de Hungría. Representantes del Gobierno
provisional informaron que la ayuda que se está recibiendo es importante, pero
aún insuficiente.
En Ginebra, la Cruz Roja Internacional ultimaba ayer su
estrategia para el envío de ayuda a través de las ciudades rumanas que disponen
de aeropuerto, además de Bucarest, Craiova, al sur, y Constansa, en el mar
Negro. Las primeras ayudas han sido almacenadas en Varna, Bulgaria, desde donde
partirán hoy tres envíos hacia los tres puntos de recepción de Rumanía antes
mencionados.
La Embajada de España, por otro lado, consiguió ayer evacuar
a 21 españoles. Después de su rescate del hotel Bucaresti, atacado el jueves
por miembros de la Securitate, los españoles se refugiaron en la misión
diplomática, donde pasaron la Nochebuena entre risas y alguna lágrima.
Finalmente, ayer lograron volar. Los embajadores de la Comunidad Europea (CE)
se reunieron ayer en Bucarest para tratar de coordinar la ayuda internacional a
Rumanía.
Mercenarios árabes
Fuentes de la Organización para la Liberación de Palestina
(OLP) y del Gobierno libio desmintieron que sus combatientes apoyen a las
tropas leales a Ceaucescu. Según noticias insistentes en Bucarest, palestinos,
libios y sirios están ayudando a los sicarios del dictador derrocado. El
ministro de Exteriores húngaro, Gyula Horn, aseguró que "las tropas
leales a la democracia rumana tienen que combatir contra mercenarios
árabes".
Un grupo de agentes de la Securitate se han refugiado en los
Cárpatos, en las proximidades de Brasov, la segunda ciudad del país, con el
propósito de crear organizaciones de partisanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario