Por HERMANN TERTSCH
El País, Praga,
13.12.89
HACIA UNA NUEVA EUROPA
La ya tradicional concentración de los lunes en Leipzig se
convirtió esta semana en una portentosa manifestación en favor de la
unificación alemana y en contra de la existencia de un Estado socialista alemán
soberano. Los intentos de Kohl de capitalizar la cuestión alemana en su campaña
electoral, comenzada ya extraoficialmente, y su obstinada negativa a reconocer
las fronteras europeas ratificadas en la Conferencia de Seguridad y Cooperación
en Europa (CSCE), han provocado ya una espiral de pangermanismo, en gran parte
agresivo e intolerante, en sectores de la población de la RDA.
Arreciaron con fuerza los gritos anticomunistas y la
exigencia de castigo contra "la mafia del SED (partido comunista)".
Se pidieron represalias contra los miembros de la policía política (Stas¡) y se
evocó a la República Federal de Alemania y en especial al canciller Helmut
Kohl, como grandes salvadores de todos los males que aquejan a la sociedad de
Alemania oriental. Por primera vez, se reivindicaron además, si bien aún de
forma indirecta, territorios no alemanes desde el final de la II Guerra
Mundial.
Unas 100.000 personas realizaron el recorrido habitual de
estas manifestaciones que fueron el detonante de la revolución democratizadora
en la RDA y del fin del monopolio comunista del poder. No se produjeron
incidentes pese a una gran crispación entre partidarios y adversarios de la
unidad alemana que relegó a un segundo lugar todas las demás cuestiones
políticas como la democratización y las elecciones libres.
"Rojos fuera"
Los coros de "¡Rojos fuera de la manifestación!"
se alternaban con el "Deutschland, Deutschland". Algunos jóvenes
portaban banderas alemanas en las que estaban dibujados sin frontera interna
los contornos de las dos Alemanias y con trazos punteados los antiguos
territorios alemanes que hoy son de Polonia y la Unión Soviética, como Silesia,
Pomerania y Prusia oriental.
Los grupos que abogaban en pancartas y coros por una RDA
independiente y soberana sucumbieron pronto bajo lemas como "Alemania,
somos un pueblo" y "Unidad, derecho y libertad".
Sin incidentes pese a la gran tension entre los dos frentes
que se están creando a marchas forzadas en toda la RDA, los adversarios y los
partidarios de la unidad alemana. Estos últimos son ya, al menos en Leipzig,
clara mayoría.
Miembros de los grupos democráticos de oposición que
intentaron hablar en la plaza Carlos Marx en contra de la unificación y por la
supervivencia de una RDA soberana fueron acallados a gritos por una gran
multitud que enarbolaba banderas de la RDA con el escudo oficial recortado del
centro, banderas tricolores alemanas y grandes pancartas pidiendo la inmediata
unión de los dos Estados.
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