Por HERMANN TERTSCH
El País, Sofía,
12.11.89
HACIA UNA NUEVA EUROPA
Medios de la oposición han mostrado su cauto optimismo tras
conocer la caída del hasta el viernes máximo dirigente búlgaro Todor Yivkov.
"Este hombre [Yivkov] es responsable personal de muchos crímenes
cometidos contra el pueblo búlgaro", señalaba ayer uno de los portavoces
de la oposición. Mladenov es, pese a su personalidad tan distinta a la de su
antecesor, un dirigente plenamente comprometido con el pasado de represión e
inmovilismo en Bulgaria.
Para confirmar que el aparato no quiere recurrir a la manida
fórmula de sacrificar al líder para limitar al mínimo los cambios, habrá que
esperar a un pleno del comité central que se celebrará próximamente y en el que
deberían producirse grandes cambios en toda la cúpula.
El congreso del Partido Comunista Búlgaro (PCB) fue
convocado para el último trimestre de 1991, si bien algunos medios en Sofía no
creen que dada la velocidad de los cambios en toda Europa del Este, la
dirección pueda evitar que sea adelantado.
Tras varios intentos de acabar con la jefatura de Yivkov,
que se ha prolongado casi siete lustros, el pleno del comité central adoptó por
unanimidad el acuerdo de "aceptar la solicitud del camarada Yivkov"
de ser liberado de sus cargos. En lo que parece sugerir un lapsus freudiano a
la hora de hacer la traducción oficial al castellano, la agencia BTA señala:
"... aceptar la solicitud de ser destituido de todos sus cargos".
Intervención policial
El relevo de Yivkov, que asumió el poder en 1954 se vio
favorecida por la violenta intervención policial contra manifestantes el pasado
día 26 ante numerosos diplomáticos y delegados asistentes al Foro Ecológico de
la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa, celebrado en Sofía.
Esa intervención policial fue, según manifestaron
observadores en la capital búlgara, "el último clavo en el féretro
político de Yivkov".
Dicen los búlgaros que Yivkov es el único hombre de la
historia que entrará dos veces en el libro Guiness de los récords. Una
referencia en este índice de los pluscuamperfectos la merece por haber sobrevivido a su propia estatua, que mandó derribar en su pueblo natal cuando
el culto a la personalidad empezó a estar mal visto en Moscú.
La otra la debe a la poca piadosa convicción de los búlgaros
de que "es el único ser humano que ha escrito más libros de los que ha
leído". Las decenas de tomos de sus obras completas que se encuentran en
todos los despachos oficiales tienen los lomos sospechosamente intactos. Tan
imposible es, dicen los bienhumorados en Sofía, que Yivkov los escribiera todos
como que alguien los haya leído.
Al igual que el soviético Leónidas Breznev, Yivkov parecía
convencido de que los torrentes de tinta de impresión que consumían sus libros
teñían de formación teórica y virtudes pensadoras la imagen de campesino
campeón en ardides que ha tenido entre camaradas y compatriotas en general.
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