Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Bucarest
El País Viernes,
29.12.89
LA CAÍDA DEL 'CONDUCATOR'
El nuevo Gobierno rumano hizo ayer un dramático llamamiento
a la población para que no se deje llevar por la dinámica de violencia y se
ponga fin a las venganzas incontroladas contra colaboradores del antiguo
régimen. El Gobierno calificó de "prioridad absoluta" la
reconciliación nacional y el fin de las represalias, que amenazaban con implantar
el linchamiento como forma de justicia popular. Anoche, el Consejo del Frente de
Salvación Nacional nombró a siete nuevos ministros, entre ellos a Atanasie
Stanculescu para la cartera clave de Economía.
[El escritor Aurel Dragos Munteanu fue designado presidente
de la Radiotelevisión rumana. El Frente de Salvación decidió anoche que
volvieran a la actividad varios oficiales superiores actualmente retirados y
que la Milicia se llame de ahora en adelante policía, según informó la
televisión rumana. Fuentes oficiales señalaron asimismo que el país dejará de
ser la República Socialista de Rumanía para llamarse sólo Rumanía, informa
France Presse].
"Hay que evitar a toda costa la caza de brujas"
aseguraba ayer Corneliu Bogdan, portavoz del Frente de Salvación Nacional, con
otros políticos democráticos que advertían que la revancha puede ser fácilmente
manipulada por las fuerzas irredentas del despotismo, para provocar
enfrentamientos entre las fuerzas anti Ceaucescu. "Hay que juzgar a la
gente comprometida y condenarla con pruebas. Procedimientos tan irregulares por
muy justos que sean, como el de Ceaucescu, no pueden repetirse. Ponen en
peligro nuestra transición, cuando apenas ha comenzado", manifestaba un
líder juvenil del Partido Nacional Cristiano Campesino, refundado ayer.
Por su parte, un avión de la compañía rumana Tarom cayó de
forma inexplicada cerca de Fliresta, al noroeste de Bucarest, y murieron sus
siete ocupantes. No hay confirmación de que el avión fuera derribado, aunque se
sabe que parte de los grupos terroristas leales a Ceaucescu se encuentran en la
zona con armas avanzadas. Uno de los muertos es Ian Parry, un joven fotógrafo
del Sunday Times, de Londres, que se convierte así en la cuarta
víctima mortal entre los periodistas que cubren la información de la revolución
rumana.
Ayer disminuyeron los enfrentamientos armados y el país
entraba en una normalidad desconocida bajo el despotismo de Nicolae Ceaucescu,
con una libertad recién estrenada de expresión y un orgullo recobrado por este
país que, de ser la Cenicienta de Europa, ha pasado a sentirse
admirada por todo el mundo, por su impresionante y heroica lucha contra el
régimen dictatorial derribado.
No obstante, el clima revolucionario persiste y en muchas
ciudades han comenzado a producirse ajustes de cuentas que el nuevo poder
constituido no parece poder controlar. Se incrementa también el temor a la
infiltración de los organismos revolucionarios por individuos que, conscientes
de que han perdido la batalla militar contra el nuevo poder, intentan desestabilizarlo
desde dentro.
En diversas localidades pequeñas comienzan a proliferar los
actos de violencia contra cómplices del antiguo régimen. Estos incidentes son
ya el principal obstáculo para el desarme de todas las fuerzas que han luchado
contra la revolución y podrían llegar a ser una amenaza directa para el
consenso nacional necesario para llevar la transición a su culminación en las
primeras elecciones libres democráticas habidas en la historia de Rumanía, y
previstas para el próximo mes de abril.
El primer ministro rumano, Petre Roman, justificó la
ejecución del dictador Nicolae Ceaucescu y su mujer, Elena, con el peligro de
una inminente liberación del mismo por parte de fuerzas paracaidistas, según
manifestó en una entrevista a TVE.
Ayer concluyó, a las 17 horas, el plazo dado por el Consejo
del Frente de Salvación Nacional para que entregaran las armas los miembros de
la policía política, Securitate, que aún luchan contra el Gobierno de
transición. A partir de esa hora, todo miembro de fuerzas contra la transición
que sea capturado será juzgado por vía sumaria y fusilado.
En sus primeras declaraciones a una televisión extranjera,
Roman pidió en TVE comprensión para la ejecución de la pena de muerte dictada
contra Ceaucescu, como el mal menor frente al baño de sangre que habría
supuesto una operación de sus partidarios, dispuestos a liberarle. Resaltó
igualmente la situación de extrema inestabilidad en que se encontraba Rumanía
el día de Navidad, fecha del fusilamiento.
Roman y la ejecución
Roman dejó claro que habría preferido un juicio público para
revelar el alcance de los abusos y crímenes de Ceaucescu, pero que, tras
sopesar argumentos en favor y en contra de la ejecución, se había optado por
fusilarlo.
Roman declaró asimismo, a la televisión francesa, que
Rumanía mantendrá sus relaciones tradicionales en el marco del Pacto de
Varsovia.
En Bucarest, la calma fue ayer total, con el Ejército
vigilando con carros de combate las zonas más conflictivas y sin noticias
confirmables sobre enfrentamientos armados en el país. La población ha
emprendido las tareas de reparación de los gravísimos daños infligidos al
centro de la ciudad especialmente.
La ciudad sigue sometida a rigurosos controles en las calles
por parte de integrantes de los comandos de estudiantes, milicianos y policías
armados con fusiles kalashnikov. Mientras, continúa la interminable
serie de entierros de víctimas en fosas comunes en los cementerios de todo el
país.
Ayer, en el primer respiro que dio el continuo hostigamiento
de las fuerzas de la policía política de Ceaucescu, comenzó la actividad de los
partidos políticos reprimidos y en parte liquidados físicamente a partir de
1947. El Partido Nacional Cristiano Campesino anunció su renacimiento en la
célebre casa del político, diplomático y jurista de entreguerras Nicolae
Titulescu.
Este partido, como otros que están renaciendo o formándose a
marchas forzadas dada la inminencia de las elecciones generales de abril, dejó
claro que no sólo ha luchado contra el dictador Ceaucescu, sino también contra
el comunismo. "Jos Comunismul" ("Abajo el comunismo"),
gritaron los miembros de este partido, muchos de ellos presos políticos durante
lustros.
El "Jos Comunismul" resuena ya en todas las
conversaciones en Bucarest y desde las paredes, con pintadas contra el régimen
y en homenaje de las decenas de miles de víctimas que ha causado la represión
del régimen agonizante.
Mientras, tres miembros de la familia Ceaucescu, entre ellos
su hermana Elena Barbulescu y su hijo Emil, fueron detenidos ayer por miembros de
la policía y el Ejército. También fue detenida y encarcelada la esposa de Ilie
Ceaucescu, uno de los cuatro hermanos del dictador, que fue antiguo ministro de
Defensa. El hijo menor de Ceaucescu, Nicu, y la hija, Zoia, han sido mostrados
en la televisión en días pasados tras ser detenidos. De la situación del tercer
hijo, Valentín, en cambio no se ha informado.
Por otro lado, un hermano de Ceaucescu fue hallado ayer
ahorcado en las oficinas de la agregaduría comercial de la Embajada rumana en
Viena, según la policía. Marin Ceaucescu, de 73 años, hermano del dictador
fusilado, era el agregado comercial de la embajada desde 1973.
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