Por HERMANN TERTSCH
El País, Bucarest,
31.12.89
LA CAÍDA DEL 'CONDUCATOR'
El dictador rumano, Nicolae Ceaucescu, tenía una emisora en
su reloj gracias a la cual esperaba ser localizado y liberado por un comando de
su policía política, la Securitate. Su continua gesticulación con el brazo
izquierdo durante el juicio con objeto de mover el dispositivo emisor de
señales hizo sospechar al tribunal, que descubrió el aparato, según supo ayer
EL PAÍS. Por otro lado, el Gobierno celebró ayer su primera reunión, y la
situación empieza a normalizarse, aunque se temen actos terroristas
coincidiendo con las fiestas de fin de año.
Cuando las autoridades militares descubrieron el aparato
emisor en la muñeca del dictador detenido aceleraron su ejecución y la de su
mujer, ante el temor de que los securistas hubieran localizado su paradero
en un cuartel en la ciudad de Tirgoviste. El Ejército no se consideraba capaz
de garantizar su transporte a Bucarest y temía un ataque tanto por tierra como
por aire. Ceaucescu fue detenido en Tirgoviste tras ser engañado por un grupo de
ciudadanos que al reconocerle le aseguraron que le protegerían a él y a su
mujer Elena. Pero lo que hicieron fue entregarle de inmediato a las fuerzas
armadas.
Su intento de huir primero con un helicóptero y después con
un automóvil marca Dacia le llevó primero a una fábrica donde esperaba
protección y se encontró a toda la plantilla en huelga. Después, intentó
refugiarse en la sede del comité central en esta ciudad, pero ya se hallaba
ocupado por las masas.
Según informaciones no confirmadas ayer, el hijo del
dictador, Nicu, tristemente célebre por su despotismo y abusos de poder, sufrió
un atentado o intentó suicidarse cuando salía del edificio de la televisión
adonde había sido llevado para demostrar su detención. Según estas
informaciones, Nicu fue ingresado en un hospital de la capital con una herida
de arma blanca en el estómago. No se sabe si intentó suicidarse, como Marin
Ceaucescu, el hermano del dictador, muerto en Viena, o si fue agredido por
alguien. Se encuentra ya fuera de peligro y tendrá que responsabilizarse ante
un tribunal de sus actos en los últimos veinte años de dictadura.
El Gobierno rumano celebró ayer su primera reunión regular, un
sábado tranquilo en el que sólo se oyeron disparos muy aislados en la capital.
No obstante, el Ejército y la milicia popular, que controlan
el país entero, estarán en estado de alerta ante este último día del año en el
que se esperan acciones terroristas de los securistas. Algunas
concentraciones para celebrar la llegada del primer año en libertad tras 42 de
dictadura comunista han sido, al parecer, suspendidas por miedo a atentados y
provocaciones.
Disensiones internas
Mientras tanto, en el Consejo de Salvación Nacional han
comenzado las disensiones. Mientras Iliescu, el hombre de Moscú en el Consejo,
parece interesado en reactivar el partido comunista y salvar su
infraestructura, comienzan a aparecer las primeras tendencias dentro del
Ejército encaminadas a mantener un poder que se ha conseguido en la lucha con
el pueblo contra el régimen del dictador y su aparato represivo.
Las posibilidades de los partidos para reestructurarse de
aquí hasta abril son escasas y el nombramiento de un militar como ministro de
economía nacional es ya un hecho significativo para muchos observadores.
Una delegación de la Comunidad Europea (CE), presidida por
Francia, partió ayer de Bucarest tras estudiar con las autoridades rumanas las
ayudas inmediatas y a medio plazo que el país requiere. Las necesidades en
medicamentos están prácticamente cubiertas por los continuos envíos a Rumanía
que han llegado como resultado de una impresionante solidaridad que ha
despertado la sangrienta revolución.
No obstante, para los próximos seis meses, el país tiene
especial escasez en carne, productos lácteos, cítricos y otros alimentos
vitamínicos. Existe gran preocupación también por la falta de forraje y piensos
para la producción cárnica interior.
Tras años de aislamiento en el continente, Rumanía contará
además con asesoramiento de la CE en la reestructuración industrial y
económica. Por el momento, el nuevo Gobierno ha informado que no habrá cambios
en el sistema de propiedad en la agricultura y que no puede plantearse la
convertibilidad de la moneda nacional ni la libertad de precios.
La próxima constitución será aprobada por votación libre y
secreta de todos los cargos de la nación, desde el Gobierno hasta los
responsables locales, y será publicada en febrero. Sin embargo, elementos
importantes de la lucha contra el régimen de Ceaucescu han indicado que las
viejas estructuras todavía están vigentes y que muchos de aquellos que hace
pocas semanas hablaban en nombre del ejecutado Nicolae Ceaucescu ahora hablan
de democracia, según Ian Matei, uno de los más destacados activistas políticos.
Los periódicos y la radio y televisión están todavía en
manos de miembros del partido comunista. "Actualmente", dijo Matel,
"el partido ha cesado políticamente en sus funciones, pero todavía
funciona la totalidad de su estructura de personal".
Comité ejecutivo
Por otra parte, ayer quedó constituido el comité ejecutivo
del Frente de Salvación Nacional, presidido por Ion Iliescu y los dos
vicepresidentes, Nicolae Mazilou y Karoly Kiraly, miembro de la minoría húngara
y desde hace años gravemente represaliado bajo el régimen de Ceaucescu.
El Gobierno ha decretado la suspensión de toda exportación
de alimentos, que bajo Ceaucescu había provocado una terrible escasez y hambre
física en este país de gran riqueza agrícola. Ayer, la Prensa internacional
pudo visitar el Palacio de la República, un edificio de dimensiones monstruosas
y un lujo deslumbrante en su interior, último gran capricho de Ceaucescu.
Para su contrucción y la de la gran avenida de la Victoria,
que se extiende ante el mismo, el dictador mandó destruir una gran parte del
Bucarest antiguo, desalojando a cerca de cien mil personas hacia el
extrarradio. Más de cincuenta grúas sobre el centro de la ciudad simbolizan hoy
la demencia de los planes faraónicos de Ceaucescu, que han causado un daño ya
irreparable.
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