Por HERMANN TERTSCH
El País, Varsovia,
30.09.87
El vicepresidente norteamericano, George Bush, reafirmó ayer
en Varsovia que Estados Unidos considera positivas las reformas emprendidas por
el régimen del jefe del Estado polaco, Wojciech Jaruzelski. En una conferencia
de prensa celebrada el último día de su estancia en Polonia, Bush declaró que
"Polonia está avanzando" y que de nuevo "existen las bases para
unas relaciones constructivas y de interés mutuo" entre ambos países.
La visita de cuatro días de Bush a Polonia supone el punto
final a casi seis años de paralización de las relaciones entre Estados Unidos y
Polonia debida a la implantación de la ley marcial en Polonia el 13 de
diciembre de 1981 y la ilegalización del sindicato Solidaridad. Bush anunció
ayer la concesión de las primeras ayudas norteamericanas para Polonia en el
Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Club de París de países acreedores
para renegociar el pago de su deuda externa, así como la concesión de nuevos
créditos, de los que depende la viabilidad del programa de modernización y
reforma económica del régimen.
"Ya se han logrado progresos, pese a las obvias
dificultades que éstos producen a las autoridades. Según se perfilen mayores
avances, mayor será también el margen de actuación de Estados Unidos para
ayudar a Polonia", declaró Bush, que insistió en que este condicionamiento
no supone una injerencia en los asuntos internos de Polonia.
El vicepresidente norteamericano dejó entrever claramente
que Wojciech Jaruzelski le había explicado los planes de reforma económica y de
apertura política, y que éstos han influido favorablemente en la decisión
norteamericana de reanudar la ayuda a Polonia. La firma de un acuerdo de
cooperación científico-tecnológica es un paso en este sentido, dijo Bush.
El régimen de Varsovia espera que esta visita del
vicepresidente norteamericano, la primera de alto nivel desde que Estados
Unidos envió al "ostracismo político internacional" al régimen de
Wojciech Jaruzelski en el año 1981, revierta en una normalización del
intercambio comercial entre ambos países.
Comercio bilateral
En 1979, el volumen del comercio bilateral era de 1.300
millones de dólares. El pasado año sólo alcanzó los 300 millones. Es cierto,
por tanto, que las sanciones norteamericanas a Polonia, de origen político, han
causado un grave daño a la economía de este país, aunque, ciertamente, los
perjuicios no son tan altos como señala el régimen. Gran parte del hundimiento
de las exportaciones polacas no se debió a las sanciones económicas
occidentales, sino a la incapacidad exportadora de la industria polaca.
Quedó claro de nuevo ayer que la Prensa norteamericana ha
centrado su atención en el eventual nombramiento de George Bush como candidato
republicano para suceder al presidente Ronald Reagan en la Casa Blanca. Las
relaciones bilaterales y la situación actual de Polonia no despertaban en ella
mayor interés.
Las preguntas de los periodistas norteamericanos en la
conferencia de prensa, antes de que el vicepresidente partiera, en su última
escala en Polonia, a Cracovia y al antiguo campo de concentración nazi de
Auschwitz, intentaban sonsacar al vicepresidente sobre supuestas presiones ante
Wojciech Jaruzelski para que éste legalizara el sindicato independiente
Solidaridad. Éste, con ser popular en Estados Unidos, no desempeña
orgánicamente papel alguno en la nueva evolución reformista polaca.
Tras su jornada de captación de imagen electoral el
lunes, durante la cual Bush prodigó sus apariciones con el ex líder de
Solidaridad, Lech Walesa, ante las cámaras norteamericanas, y sus gestos de
apoyo a la antigua oposición política, el vicepresidente asumió ayer un papel
más político.
El teórico número dos de la Casa Blanca manifestó
que había acudido a Varsovia "a mejorar la situación, no a
empeorarla", ante la insistente solicitud de actos testimoniales de fuerza
en favor de Solidaridad que le hizo la Prensa de Washington.
Durante su estancia en Varsovia, Bush se entrevistó en dos
ocasiones, en una de ellas durante casi tres horas, con Wojciech Jaruzelski.
El líder polaco, que durante varios años desde 1981 fue
erigido en símbolo de la maldad y del totalitarismo comunista por
la Administración norteamericana, tuvo con Bush conversaciones calificadas por
el vicepresidente norteamericano de "constructivas y francas", que le
inducen a intervenir en favor del régimen polaco para que éste acceda a mayor
ayuda financiera.
Apertura política
La apertura política y económica que el régimen polaco
parece estar preparando no se debe exclusivamente a la dependencia de la
modernización polaca de ayudas norteamericanas, sino sobre todo a la certeza de
que no puede seguir gobernando el país en agonía política y económica. El cambio
de actitud norteamericana se debe menos al reconocimiento del papel de
Jaruzelski que a intereses políticos globales, no bilaterales, que también
fueron la causa de las sanciones y el hostigamiento a Polonia.
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