Por HERMANN TERTSCH
El País, Bonn,
21.11.87
Las fuertes alzas de precios y la congelación salarial
decretada por el Gobierno federal yugoslavo del primer ministro Branko Mikulic
han provocado numerosas manifestaciones y huelgas en diversas partes de
Yugoslavia. En Macedonia, miles de trabajadores se manifestaron contra las
medidas económicas que reducen drásticamente su capacidad adquisitiva, muy
mermada ya por una inflación que este año superará el 150%. El Gobierno decretó
el pasado fin de semana una congelación de salarios y alzas de precios de
productos de primera necesidad. Los precios de la leche, aceite, azúcar y
harina aumentaron un 50%; las tarifas de ferrocarril subieron un 61%; la
electricidad y el carbón, un 69% y un 62%, respectivamente, y las tarifas
postales y la gasolina, un 30%. El dinar yugoslavo fue devaluado el martes en
un 24,6%.
La nueva oleada de huelgas era previsible debido a la tensa
situación general, al desmoronamiento de la imagen del Gobierno federal, al que
se niega ya credibilidad y competencia, y a la continua caída del nivel de
vida. Las medidas del Gobierno federal forman parte de un programa de
saneamiento económico.
También en Rumanía se han producido disturbios en protesta
por la catastrófica situación del suministro de alimentos y contra las malas
condiciones laborales.
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